martes, 27 de noviembre de 2012

Cuando la santidad no es suficiente

En un post anterior escribí acerca de la definición bíblica de santidad (precisamente según Levítico) y su aplicación práctica tanto como un principio de "buen vivir" como de "buena vecindad".

Pero entendamos esto: La santidad por si sola poco y nada mejora nuestra condición de rebeldes contra Dios. Nuestra santidad y buenas obras en nada nos justifican.

"Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento" (Isaías 64:6 NVI)

Entendámoslo de esta forma: Somos seres pecadores. No es que nacemos puros y poco a poco nos vamos desviando, sino que nacemos completamente apartados de Dios y con una clara predisposición a pecar.

"Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios" (Romanos 3:23 NVI)

Lo voy a hacer más simple de entender aún: ¿que se necesita para ir al infierno? Nada. Quédate así como estás e irás al infierno.

La gran mentira que te cuenta la religión en esta: Tus "malas acciones" te llevarán al infierno y tus "buenas acciones" te llevarán "al cielo". Esa es la menira más asquerosa que ha inventado Satanás.

"Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento" (Isaías 64:6 NVI)

Sabiendo que es imposible que por nuestros propios méritos tengamos acceso al "cielo", Dios mismo ha proporcionado el camino para que lleguemos a Él.

"-Yo soy el camino, la verdad y la vida -le contestó Jesús-. Nadie llega al Padre sino por mi." (Juan 14:6 NVI)
"Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unegénito (es decir, a Jesús), para que todo aquel que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él." (Juan 3:16-17 NVI, paréntesis míos)

Y es el sometimiento a este Jesús lo que nos allana el camino a la eternidad con Dios. Es el creer de verdad en Jesús lo que abre nuestro corazón a la ley de Dios. Asi y todo es sólo y únicamente por la fe (es decir, el creer sin haber visto) en Jesús que nuestra salvación es real. Y esto es un regalo de Dios si contar nuestras "buenas acciones".

"Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras para que nadie se jacte." (Efesios 2:8-9, énfasis añadido)

Y es luego de este sometimiento al señorío de Jesús que Dios, cumpliendo su promesa "estampa" su ley en nuestro corazón.

"Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel -afirma el Señor-: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo" (Jeremías 31:33-34 NVI)

Jesús mismo prometió vivir en aquellos que le aman.

"Le contestó Jesús: -El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él." (Juan 14:23 NVI)

Y enviarnos su Espíritu para que nos enseñe y nos recuerde a vivir conforme a la ley de Dios.

"Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho." (Juan 14:26 NVI)

Y todas esas obras que antes comentaba ya no son fruto de nuestro esfuerzo religioso por tratar de "juntar puntos para ir al cielo", sino que todo es un regalo gratuito de Dios.

El cumplimiento de la ley se hace entonces innecesario porque todo el mérito es de Jesús, y las buenas acciones ya no son fruto de nuestro esfuerzo, sino del Espíritu de Dios que viene como regalo, como un "timbre" o "sello" sobre nosotros.

"En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas." (Gálatas 5:22-23 NVI)

En resumen: Las buenas obras por sí solas sólo garantizan que una buena persona vaya al infierno. Por otro lado, el sometimiento a Jesús garantiza la vida eterna y nos capacita para las buenas obras.

¿Qué se necesita para ir al infierno? NADA.. QUÉDATE COMO ESTÁS.

¿Qué se necesita para ir al cielo? "Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos" (Hechos 16:31 NVI)

No te conformes con lo que lees acá. La santidad bíblica es mucho más que normas de buena vecindad y buen vivir. Si creees en Jesús y quieres saber más, consigue una biblia y podrás leer por ti mismo las maravillosas promesas que Dios tiene para ti. Si no sabes por donde empezar, el evangelio según Juan es un buen comienzo. Está en el Nuevo Testamento. Y si en algo te puedo orientar, estoy a tu servicio.

martes, 20 de noviembre de 2012

¿Qué significa ser santo?

¿Qué significa ser santo?

Cuando escuchamos la palabra santo, lo primero que se nos viene a la cabeza es la imágen de un tipo parado arriba de una nube, con una túnica (blanca o celeste), un arpa, alas y una aureola dorada arriba de la cabeza. O bien puede tratarse de alguien que está “en el cielo” y que por haber sido muy muy muy bueno o muy muy muy católico se le han dado ciertos atributos divinos para que la gente le “rece” y pida favores.

Nada más alejado de la realidad.

El concepto de santidad bíblico se establece en el Antiguo Testamento, a fin de que el pueblo israelita sea un pueblo completamente diferente de lo que había en el momento.

Entendamos esto: en esa época, si querías comer un bistec no ibas al supermercado o la carnicería, sino que tomabas un cuchillo afilado e ibas a buscar un ternero gordo. Los problemas entre vecinos solían resolverse con una espada y si un país estaba escaso de algún recurso simplemente invadía el país que lo tenía. (parece que las cosas no han cambiado mucho).

El llamado de Dios a su pueblo, es ser apartado, no dejándose llevar por las costumbres de los que les rodean.

Podemos parafrasearlo de este modo: “No hagan lo mismas estupideces que hacen los demás, ustedes deben ser diferentes”. Ahora bien, entendamos que quiere decirnos Dios con ser diferentes.

“El SEÑOR ordenó a Moisés que hablara con toda la asamblea de los israleitas y les dijera: 'Sean santos, porque yo, el SEÑOR su Dios, soy santo'.
Respeten todos ustedes a su madre y a su padre, y observen mis sábados. Yo Soy el SEÑOR su Dios.
No se vuelvan ustedes a los ídolos inútiles, ni se hagan dioses de metal fundido. Yo Soy el SEÑOR su Dios.” (Levítico 19:1-4)

También nos llama a ser bondadosos:

“Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón de sus campos ni recojan todas las espigas que allí queden.
No rebusquen hasta el último racimo de sus viñas, ni recojan las uvas que se hayan caído. Déjenlas para los pobres y los extranjeros. Yo Soy el SEÑOR su Dios.” (Levítico 19:9-10)

A ser honestos:

“No roben.
No mientan.
No engañen a su prójimo.
No juren en mi nombre sólo por jurar, ni profanen el nombre de Dios. Yo soy el SEÑOR.” (Levítico 19:11-12)

A ser justos:

“No explotes a tu prójimo, ni lo despojes de nada.
No retengas el salario de tu jornalero hasta el día siguiente.
No maldigas al sordo, ni le pongas tropiezo al ciego, sino teme a Dios. Yo soy el SEÑOR.
No perviertas la justicia, ni te muestres parcial en favor del pobre o del rico, sino juzga a todos con justicia.” (Levítico 19:13-15)

A ser íntegros:

“No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con testimonios falsos. Yo soy el SEÑOR
No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado.
No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el SEÑOR” (Levítico 19:16-18)

A ser respetuosos y amables:

“Ponte de pie en presencia de los mayores.
Respeta a los ancianos.
Teme a tu Dios. Yo soy el SEÑOR.
Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal. Al contrario, trátenlo como si fuera uno de ustedes. Ámenlo como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el SEÑOR y Dios de Israel.
No cometan injusticias falseando las medidas de longitud, de peso y de capacidad. Usen balanzas, pesas y medidas justas. Yo soy el SEÑOR su Dios, que los saqúe de Egipto.” (Levítico 19:32-37)

La santidad bíblica es simple y práctica. ¡Son leyes del buen vivir y buena vecindad!¡Cuánta falta le hace a este mundo!

Aquellos que se quejan alegando que la Biblia y las leyes de Dios están obsoletas y “pasadas de moda”, necesitan leer con mucha detención los versículos de más arriba. Yo pregunto con sinceridad... ¿cómo funcionaría esta sociedad si en verdad se aplicaran estos principios bíblicos? ¿Se imaginan un político con esta actitud? ¿o un empresario? Acá tenemos principios simples que nó sólo benefician al individuo, sino a la sociedad entera.

Recordemos que estas leyes fueron dadas en un contexto histórico y social donde se sacrificaban a los niños, y la carne se conseguía cortándola directamente de la vaca. Aún así su vigencia es plena y su aplicación trae grandes beneficios.

Ahora entedemos que la santidad no es un “estado” que se gana por méritos, ni tampoco una especie de “ascenso” religioso; sino que es la aplicación práctica de los mandatos de Dios en nuestro diario vivir, no sólo para nuestro beneficio, sino para toda la sociedad.

Y aunque la santidad en sí misma no trae como consecuencia la salvación, si debe ser una característica de quien ha puesto su fe en Jesús.

“La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.” (Santiago 1:27)

¿Hay algo de malo en esta actitud? ¿Hay algo condenable en la santidad? ¿Hay un motivo real y sincero por el que la humanidad deba rechazar estas leyes? ¿Hay acaso alguna alternativa de buen vivr? ¿Existe otra guía para tener una sociedad sana y pacífica?

Una última reflexión:

“Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades disenciones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas...
En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.” (Gálatas 5:19-21a y 22-23)


...continúa


* Todas las citas bíblicas son tomadas de la Nueva Versión Internacional. Énfasis añadido.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Un mensaje a la juventud

¿Cuál es tu parámetro para saber si eres salvo? ¿Tienes conciencia de lo que la apostasía está haciendo hoy? ¿En qué o quién está puesta tu esperanza?

Un mensaje del predicador estadounidense Paul Washer que no deja indiferente a quien lo vea. Muchas veces la necesidad de llevar el evangelio a todas las personas trae como consecuencia una distorsión en el mensaje que puede tener consecuencias muy tristes.

Te invito a tomar asiento y ver este video. Te aseguro que puede cambiar muchas cosas de tu vida.


lunes, 22 de octubre de 2012

El reflejo que deslumbra

Muchos jóvenes hoy se preguntan ¿con quien estaré? ¿con quién me casaré?... y quizá la más repetida de todas las preguntas: ¿por qué estoy sólo?
Nadie duda que el hombre fue creado para estar con una mujer:

“Luego Dios el SEÑOR dijo: 'No es bueno que el hombre esté sólo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Gen 2:18 NVI)

Desde el comienzo Dios estableció que el hombre debe estar acompañado. A tal punto que más adelante se hace un énfasis especial:

“El Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos abandonarán la fe para seguir inspiraciones engañosas y doctrinas diabólicas. Tales eseñanzas provienen de embusteros hipócritas, que tienen la conciencia encallecida. Prohíben el matrimonio y no permiten comer ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes, conocedores de la verdad, coman con acción de gracias.” (1 Tim 4:1-3 NVI)

Primero que todo, debemos entender que Dios no tiene preparada una vida de soledad para ti, sino que claramente afirma que en su plan está incluida una ayuda adecuada para ti. No obstante:

“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo” (Ecc 3:1 NVI)

No he visto nada más triste que un hombre luchando con sus propias fuerzas. Gastando sus propias energías en conquistar a una chica que quizá ni siquiera sea para él.

Hace un par de años atrás tuve a mi moto con un problema serio. Estuvo varios meses en el taller mecánico sin que nadie pudiera detectar la falla. Constantemente acudía al taller a consultar por el estado de mi máquina, y no dejó de llamar mi atención una hermosa moto deportiva roja que estaba estacionada. Cada vez que iba al taller parecía estar un poco más cubierta de polvo que la vez anterior y así cada día parecía más abandonada. Como ya tenía algo de confianza con el encargado del taller, di rienda suelta a mi curiosidad y le pregunté . . .¿que onda con esa moto... la regalan?

Me contó que esa moto era de un cliente que se encontraba en un litigio legal con la empresa. Resulta que había fallado repetidas veces debido a que el cliente la estaba utilizando para corren en carretera. Ahora bien, pese a que la moto tenía toda la apariencia de una superdeportiva, en realidad era una moto de calle común y corriente con un lindo carenado. No era adecuada para el nivel de exigencia que el cliente quería, y por eso fallaba. El cliente estaba disconforme y quería devolverla. El encargado del taller me contó que el mismo le había vendido la moto tiempo atrás, pero que le había recomendado otro modelo diferente que si era una deportiva real y no una moto de calle carenada. No obstante el cliente se sentía atraído por la estética de la china disfrazada de deportiva y no evaluó las demás caractrísticas. Había comprado una ilusión y cuando llegó la hora de la prueba todo aquello que no evaluó significó un tropiezo y un motivo de decepción.

¡Cuántos matrimonios han fracasado por un exceso de espectativas! Hombres que sólo se basan en el atractivo sexual. Mujeres que sólo se basan en un estado emocional. Llega el stress, el momento de tensión y todo se desploma. Del mismo modo que el pequeño motor de la moto china no era adecuado para la exigencia de la carretera, muchas veces las parejas no son adecuadas para nuestra carretera de la vida. ¿Esto las hace malas? ¡Claro que no! Las personas son diferentes y tienen necesidades diferentes. Si esta persona hubiera escuchado el consejo del vendedor y se hubiera comprado la máquina adecuada para la exigencia que le iba a dar no hubiera tenido problemas. Del mismo modo que una superdeportiva puede llegar incluso a ser peligrosa (y cara por lo demás) para el uso en calle, una moto de calle puede no ser adecuada para carretera. ¡Por eso hay tantos modelos!

Todos los hombres nos hemos dejado llevar por un rostro bonito. Si escribo esto es porque me equivoqué lo suficiente como para detectar el patrón sin que nadie me lo dijera.

Como hombres, necesitamos compañía. Se que tenemos mucho que entregar y se que la búsqueda es sincera y bien intencionada. Como cristianos queremos amar y entregar lo mejor que tenemos, pero debemos ser cuidadosos en dónde estan siendo invertidas nuestras energías.

Cuantas veces tratamos de agradar, de seducir, de encantar. Cuantos manuales de “Como atraer a las mujeres” leí, qué no intenté, qué no puse en práctica. Pero nada de eso me valía, porque estaba invirtiendo mis energías en el esfuerzo equivocado.

“¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?” (Mat 6:27 NVI)

Cuántas veces he visto (y he protagonizado) escenas como ésta:
  • Estoy yendo al gimnasio, me duelen los brazos...
  • Me compré un auto.. ¿te gustaria ir a la playa?
  • Te invito a comer, yo pago..
  • Estos lentes me costaron super caros... pero se ven bien..
  • Me gustan esas canciones románticas...
  • ¿Te gusta Arjona? Yo me se algunas en guitarra...
Ufff... ¡que patético! Muchas veces los hombres nos hacemos los lindos, los amables, los sinceros, los caballeros ¡solo para ganar el favor de una dama! Y lamentablemente el único favor que se busca es el favor sexual. ¡Por favor! Un hombre siempre debe ser atento y amable con toda mujer, no sólo con la que se quiere algo. ¿Por que crees que las mujeres dicen: “Ya no quedan caballeros”? Porque los hombres se conducen con caballerosidad sólo cuando buscan un encuentro sexual o, en el mejor de los casos, una relación estable.

Es una actitud cínica, falsa, hipócrita. Una máscara que no puede ser sostenida por mucho tiempo. Tarde o temprano la verdad sale a flote. Por eso las relaciones breves. Por eso los matrimonios fracasados.

Señores: Somos cristianos: No libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas que utilizamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. No necesitamos trucos baratos de seducción para discotecas. Si queremos ganar la guerra del amor, debemos entrenarnos en nuestras armas espirituales.

¿Que debemos hacer entonces? Rendirnos. Bajar las armas terrenales... ¡No hay enemigos frente a ti!

“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mat 6:33 NVI)

Dios nos ha hecho especiales. No debemos falsear nada en nosotros para tratar de brillar. Más bien todo lo contrario. Un artesano que trabaja una piedra preciosa no le agrega cosas: la pule, le quita la capa opaca para sacar a relucir lo brilante. Es ese brillo interior único el que le da atractivo a una piedra preciosa. Si queremos brillar y atraer, debemos dejarnos pulir por el artesano. Debemos permitir que nuestra capa exterior sea removida para que el brillo de nuestro interior refleje la luz en matices de hermosos colores.

“El pectoral para impartir justicia lo bordarás artísticamente con oro, púrpura, carmesí, escarlata y lino fino, como hiciste con el efod. Será doble y cuadrado, de veinte centímetros de largo por veinte de ancho. Engarzarás en él cuatro hileras de piedras preciosas. En la primera pondrás un rubí, un crisólito y una esmeralda; en la segunda, una turquesa, un zafiro y un jade; en la tercera, un jacinto, un ágata y una amatista, y en la cuarta, un topacio, un ónice y un jaspe. Engárzalas en filigrana de oro. Deben ser doce piedras, una por cada uno de los doce hijos de Israel. Cada una de las piedras llevará grabada como un sello el nombre de una de las doce trubus” (Ex 28:15-21 NVI)

Cada una de estas piedras es única y presenta características propias: Color, textura, peso, dureza, brillo, etc. No obstante cada una de estas piedras es preciosa y de gran valor.

El color en particular es una característica muy interesante: En base a su composición química una piedra refleja cierto rango de colores. Este rango de colores reflejado por la piedra es lo que apreciamos con la vista y es precisamente aquello lo que primeramente llama nuestra atención.

Difícil sería distinguir dos piedras preciosas en un lugar oscuro. Quizá mediante el tacto, pero deberíamos ser expertos. No obstante, a la luz es mucho más simple ya que el color y el brillo de una piedra nos permite identificarla fácilmente.

Hay diferentes gustos. Hay personas que prefieren los topacios y otras personas que prefieren los zafiros. Hay personas que prefieren un brillo extremo y otras que prefieren un acabado mate. Hay personas que prefieren los colores cálidos y otras que prefieren los colores fríos. Pero cada color es el reflejo de la misma luz. No importa que tan diferente sea un topacio de un jacinto. No importa la diferencia de colores de un rubí y una esmeralda. Ambos reflejan la misma luz y son sus propias características internas las que harán que reflejen ciertos matices de luz sobre otros.

Del mismo modo ocurre con nosotros. Cada uno de nosotros es diferente en ciertas características, pero todos reflejamos la misma luz: Cristo. Algunos reflejarán especialmente su sabiduría, otros su justicia, otros su paz, otros su amor, otros su sencillez, otros su humildad, otros su liderazgo, otros su autoridad... Cada persona, como una piedra preciosa, refleja diferentes espectros de la misma luz, según su naturaleza.

“No nos atrevemos a igualarnos ni a compararnos con algunos que tanto se recomiendan a si mismos. Al medirse con su propia medida y compararse unos con otros no saben lo que hacen. Nosotros, por nuestra parte, no vamos a jactarnos más de lo debido. Nos limitaremos al campo que Dios nos ha asignado según su medida, en la cual también ustedes están incluidos.” (2 Cor 10:12-13)

Cada uno de nosotros es diferente y especial. Nada obtenemos con compararnos con otros, ni con querer ser el reflejo de otros. El único hombre perfecto es Jesús, y sólo con Él debemos compararnos. ¿Que obtenemos al vendernos como mercancía? Llenarnos de adornos que con el tiempo se ensucian y decoloran. Cuando reflejamos la luz de Cristo, nuestra belleza brilla por si misma, natural y sincera Y atrae...y atrae a la persona correcta.

Si reconocemos que luchamos con nuestras fuerzas, ha llegado el momento de arrepentirse, si en este punto notamos que en realidad corremos tras el viento, ha llegado la hora de sentarse.

Recuerdo mi último gran fracaso en materia amorosa: Había agotado todos mis recursos y estrategias. Había estudiado cuidadosamente cada uno de mis movimientos. Fui agradable, sincero, generoso, divertido, comprometido... di lo mejor de mi. Me esforcé sinceramente buscando ser el mejor y dar lo mejor, pero no había escogido bien. Sólo evalué un par de aspectos superficiales: la belleza, los gustos, la personalidad... ¡como podría evaluar el corazón de una persona! … ¡eso es imposible para uno! Del mismo modo que ese hombre que compró la moto equivocada, no fui capaz de evaluar el todo, por lo que esta persona comenzó a fallar en las exigencias de mi vida. Así yo también comencé a fracasar ya que no podía estar a la altura de sus espectativas. No resultó. Ella se defraudó de mi, yo me defraudé de ella.

No había sabido escoger.. ¿quien puede?... solo algunos pocos. No dudo que muchas personas escogen por su cuenta y escogen bien... Felices ellos! Pero no era mi caso. Quizá tampoco el tuyo.

Con el corazón destrozado llegué a los pies de Jesús. Comprendí que con mi limitada visión era poco lo que podía hacer. Así que me rendí y dejé el asunto en sus manos. Con una sinceridad asombrosa para mi, dejé de lado la búsqueda de la pareja y decidí buscar el reino de Dios y su justicia: Comencé no sólo a leer la biblia sino también a aplicarla en mi vida, a aprender de otros y a enseñar, a predicar el evangelio y a servir. Olvidé el asunto y comencé a enfocarme en perdonar, en dar y sobre todo en sentarme a los pies de Cristo y aprender.

Dios me enseñó a tratar a las mujeres. Me dio un grupo de amigas de verdad, como nunca lo había tenido en mi vida y tuve que aprender a mirar a una mujer con pureza, sin connotaciones sexuales. Tuve que aprender a escuchar a una mujer, a callar, aprendí demasiado... Detalles tan sutiles, pero sobre todo aprendí que la mujer no es sólo una pareja sexual, es la ayuda adecuada que todo hombre necesita a su lado. Sólo después de aprender eso (y gracias a Dios aprendí rápido) conocí a mi esposa en el momento y lugar que menos imaginé. Y es perfecta. Es tan adecuada para mí, que me sorprendo al descubrir que ella tiene cosas que ni siquiera sabía que yo necesitaba. La amo profundamente, la respeto, la cuido, la protejo. Aprendo de ella y trato de enseñarle lo que se. Reimos juntos y podemos estar horas sin hablar sabiendo exactamente lo que el otro piensa. Tenemos toda una vida para estar juntos y sabemos que mientras reflejemos la luz de Cristo en nosotros, tal cual somos, siempre nos sentiremos atraídos uno al otro. En verdad no tuve que hacer nada para que ella se fijara en mi (ella puede dar Fe de eso), sólo fui quien soy, sólo reflejé a Cristo con lo que Él hizo en mi vida.

Es hora de dejar los trucos baratos de discoteca. No son necesarios. Deja de reflejar a ese cantante, deja de reflejar a ese futbolista, deja de reflejar a ese actor, deja de reflejarte a ti mismo. Refleja la luz de Cristo y tu brillo deslumbrará.



miércoles, 3 de octubre de 2012

La importancia de leer la Biblia.

"Es imposible esclavizar mental o socialmente a un pueblo que lea la Biblia. Los principios de la Biblia son los cimientos de la libertad humana" (Horace Greeley)

Son tiempos difíciles para ser cristiano. Hoy más que nunca, la apostasía se ha apoderado de la iglesia y es casi imposible encontrar un lugar donde se enseñe la palabra con pureza.

No es de extrañar. Esto estaba profetizado. Desde los tiempos de Isaías, el Señor le habla a una iglesia rebelde y cómoda que ha olvidado el lugar de donde salió y ha entrado en abierta fornicación con los estándares de este mundo.

Lo triste de este tiempo no radica en que no se esté predicando el evangelio. Lo triste de este tiempo radica en que se predica un evangelio a medias, deformado, castrado, acomodado muchas veces para enriquecer al alguno y llevar a la perdición a otros. Se combinan verdades sanas con doctrinas de demonios y los que están hambrientos de Dios terminan alimentándose de comida mezclada con veneno.

¿Cómo discernir una doctrina? ¿cómo reconocer si una enseña es verdadera?

El Señor, en su infinita sabiduría y misericordia, nos ha dejado las escrituras para que aprendamos. Constantemente se nos incentiva no sólo a leer, sino a meditar (es decir a pensar en) la escritura.

Cuando la Torá (nuestro Pentateuco, es decir, los 5 primeros libros de la biblia) fue escrita, su primer "usuario" fue Josué. Cuando Josué toma el mando de la nación de Israel, Dios mismo le ordena mantenerse fiel en el estudio de la naciente palabra:

"Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así hará que prospere tu camino, y todo te saldrá bien." (Josué 1:8 RVC)
Nótese que recién se habían escrito 5 de los 66 libros de la biblia y Dios ya esta ordenando su lectura y meditación.

Mucho más adelante, cuando el reino de Israel fue dividido por causa de la idolatría de Salomón, nuevamente el Señor llama la atención de los israelitas, debido a que olvidaron el estudio y la meditación de la escritura.

Tristemente, del mismo modo que ocurre hoy, fue el olvido de la escritura lo que provocó la caída espiritual del pueblo de Dios. Debido a que dejaron la escritura de lado, fueron introducidas muchas doctrinas falsas que alejaron al pueblo de su Dios.

"Hijos de Israel, ¡oigan la palabra del Señor! El Señor ha entablado un pleito contra los habitantes de la tierra, porque ya no hay en la tierra verdad ni misericordia, ni conocimiento de Dios; en cambio abudan el perjurio, la mentira, la muerte, los robos, los adulterios, y homicidio tras homicidio." (Oseas 4:1-2 RVC, énfasis añadido) 

¿No suena familiar esto? ¿Acaso hoy la iglesia no está llena de soborno, mentira, falsos profetas, fornicación, adulterio y un largo etcétera de abominaciones?

Estas cosas ocurren porque la iglesia se ha olvidado de la biblia. Hoy las personas toman la biblia sólo para echarla en un bolso el día domingo y llevarla a la iglesia (si es que la llevan a la iglesia). No hay estudio de la palabra, no hay meditación de la la palabra. El pastor sólo lee un par de versículos para pedir el diezmo y luego la biblia vuelve a su bolso.

"Mi pueblo ha sido destruido porque le faltó conocimiento. Puesto que tú desechaste el conocimiento, yo te desecharé del sacerdocio; puesto que te olvidate de la ley de Dios, también yo me olvidaré de tus hijos." (Oseas 4:6 RVC)
 Necesitamos volver a la escritura. Hoy más que nunca, la única forma de saber si lo que se predica cada domingo en el púlpito es verdadero, es comparándolo con la palabra de Dios. ¿que otro referente tenemos?

Que no te engañen: versículos sueltos no son la palabra. Tal como hago yo en este artículo, puedo citar versículos, pero la verdad debe discernirse a la luz de la escritura. Cuando te citen un versículo, léelo en su contexto. Si es necesario lee el libro completo para entender el porqué de un versículo.

Aprendamos de los cristianos de Berea:

"Éstos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con mucha atención, y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era cierto lo que se les anunciaba." (Hechos 17:11 RVC, énfasis añadido)

Y eso es lo que debemos hacer. Examinar la escritura. Será la única forma de saber si tal o cual versículo fue correctamente aplicado. Será la única forma de saber si tal o cual prédica realmente vino del corazón de Dios. Será la única forma de no ser engañados por falsos maestros.

Lo más hermoso de leer la biblia, es que nos acercamos al corazón de Dios y comenzamos a conocerle, y al conocerle comenzamos a amarle ¡hay una gran diferencia entre creer en Dios y amar a Dios!

Porque al final, las cosas pasarán. La iglesia pasará, la apostasía pasará, el juicio pasará y tendremos la eternidad. ¿Crees que la vida eterna es sólo caminar por calles de oro y cruzar puertas de perlas? ¿Acaso no tenemos una recompensa mucho mayor en la eternidad?

"Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17:3 RVC)
Y conocer a Dios, al infinito en gracia, amor y poder es mayor que todas las cosas, riquezas y filosofías que existan. ¡Qué mejor motivo para leer la biblia todos los días!

Si nunca has leído la biblia ¡empieza ahora!  ... menos facebook, más biblia... menos televisión, más biblia... menos chismes, más biblia...



viernes, 17 de agosto de 2012

Cuando el pastor se transforma en depredador

Una de las críticas más comunes (y trístemente la con más fundamento) que se hace a la iglesia cristiana en general y evangéica en particular es el común y desproporcionado (en muchos casos) enriquecimiento de pastores y líderes.

Casos no faltan y basta hacer algunas búquedas en la prensa para descubrir que este delito es más común de lo que se imagina.

Llega a ser indignante el ver iglesias donde la pobreza de los feligreses es extrema, careciendo en ocasiones de lo mínimo para subsistir, mientras que el pastor conduce un vehículo del año, 4x4 que sólo el pago de su permiso de circulación es suficiente para alimentar una familia. Da vergüenza.

Trístemente, muchas personas se alejan de Dios o se cierran a toda posibilidad de salvación debido a este comportamiento tan nefasto. Muchos llegan a pensar que la Biblia fue escrita con el propósito de que la “elite” controle a la “plebe”.

¿Que tiene la Biblia que decir de esta clase de pastores?

“Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y diles que yo, su Señor y Dios, he dicho:
¡Ay de ustedes, los pastores de Israel, que sólo cuidan de sí mismos! ¿Acaso no son los pastores los que deben cuidar de los rebaños? Ustedes se comen lo mejor, se visten con la lana, degüellan a las ovejas más engordadas, pero no cuidan de las ovejas. Ustedes no fortalecen a las ovejas débiles, ni curan a las enfermas, no vendan las heridas de las que se quiebran una pata, ni regresan a las descarriadas al redil; tampoco van en busca de las que se pierden, sino que las manejan con dureza y violencia. Y las ovejas andan errantes por falta de pastor; andan dispersas y son fácil presa de todas las fieras del campo. Y así, mis ovejas andan perdidas por todos los montes y por todas las colinas. Andan esparcidas por toda la tierra, sin que nadie las busque ni pregunte por ellas” (Ezequiel 34:2-6 RVC)

Más claro, echarle agua. A Dios, el Señor, no le agrada que le trasquilen su rebaño. Me sorprende que se use justamente la palabra pastores en una época en la que la iglesia no existía.

“Por lo tanto, pastores, oigan la palabra del Señor:
A las ovejas de mi rebaño se las roban, las hacen presa de todas las fieras del campo. Andan sin pastor, y mis pastores no las cuidan ni van en busca de ellas, sino que sólo cuidan de sí mismos. Por lo tanto yo, su Señor y Dios juro, y ustedes, pastores escuchen bien lo que les digo: Yo, su Señor y Dios estoy en contra de ustedes, los pastores, y voy a pedirles cuentas de mis ovejas. Ya no voy a dejarlas al cuidado de ustedes, ni tampoco ustedes van a cuidar sólo de si mismos; yo voy a librarlas de la boca de ustedes, para que no se las sigan comiendo” (Ezequiel 34:7-10 RVC, énfasis añadido)
Estoy seguro que en estas iglesias de pastores acaudalados con feligreses en la miseria jamás se ha leído Ezequiel 34. Si es así, le invito a leer este capítulo completo en su iglesia. ¡Más de alguien se llevará una sorpresa!

Si tu pensabas que la Biblia es un manual de cómo enriquecerse engañando a otros, estás completamente equivocado.

A Dios nadie le miente, y muy pronto estos sinvergüenzas deberán dar cuentas de sus actos.

“¿No he tenido esto en reserva, y lo he sellado en mis archivos? Mía es la venganza; yo pagaré. A su debido tiempo, su pie resbalará. Se apresura su desastre, y el día del juicio se avecina.” (Deuteronimio 32:34-35 NVI)

Entendamos esto: En la iglesia se paga luz, agua, arriendo, útiles de aseo, sueldos, etc. Y en este mundo ese tipo de cosas se hace con dinero. El dinero no crece en los árboles, por lo tanto es necesario el aporte de los asistentes para el mantenimiento del edificio.

Cuando se construyó el Tabernáculo, el Señor instruyó a Moisés que recogiera una ofrenda voluntaria.

"Dile a los hijos de Israel que tomen una ofrenda para mi. La tomarán de todo aquel que de voluntad y de corazón quiera darla." (Éxodo 25:2 RVC, énfasis añadido)

Los israelitas dieron de corazón para la construcción del tabernáculo. Más adelante, la ley establece el diezmo para el sostenimiento de los sacerdotes del templo. Recordemos que muchos sacerdotes se corrompieron y "trasquilaron al pueblo" tal como lo menciona el Señor por medio del profeta Ezequiel.

Hoy vivimos en la Gracia. Somos comprados por medio de la sangre de Jesucristo, y nuestra salvación no depende de las obras. No obstante la iglesia necesita recursos para su funcionamiento, por lo que la ofrenda sigue siendo necesaria (mas no para salvación).

En el libro de los Hechos, leemos que en la iglesia primitiva, se mantenían bienes y fondos en común que eran repartidos equitativamente entre los miembros. Gran parte de los fondos recaudados iban en ayuda de los pobres, mientras que otro tanto se utilizaba para la difusión del evangelio (de hecho, los socialistas se sorprenderían al leer Hechos).

En la segunda carta a los Corintios, el apóstol Pablo instruye sobre esta ayuda para los santos (2 de Corintios 9. Recomiendo leer el capítulo completo).

Muchas iglesias conservan aún este modelo. Sus finanzas son sanas, no hay necesidades entre sus asistentes porque los fondos son correctamente administrados, constantemente están enviando misioneros y evangelizadores. Por lo tanto el problema no está en si se debe entregar
diezmo u ofrenda, sino en cómo se administra.

Lo importante es esto: Dar. No damos por obligación, ni esperando recompensa. Damos por gracia lo que por gracia recibimos. ¿Tenemos trabajo? Es por gracia. ¿Nos va bien en el trabajo? Es por gracia. ¿Tenemos un buen sueldo? Es por gracia. No nos jactemos de lo que hoy tenemos, porque todo pertence al Señor. Somos peregrinos en esta tierra y debemos extender la mano al necesitado tal como Jesús lo hizo mientras estuvo entre nosotros.

Que nadie te engañe, a Dios no se le soborna, nuestra salvación fue comprada con sangre, las bendiciones que tenemos son por gracia.

sábado, 2 de junio de 2012

¿Qué es el evangelio?

¿De que se trata el evangelio?
¿Cuál es el rollo con Jesús?
¿A que viene esto de la Biblia y Dios, cuando parece tan poco lógico?


aqui está.... demasiado bien explicado.





viernes, 25 de mayo de 2012

Ingeniería, Belleza y Minimalismo

La naturaleza, la tierra, nosotros mismos somos una sublime obra de ingeniería.

Cuando uno observa un diseño, un automóvil por ejemplo, puede incluso intuir la personalidad del diseñador en las líneas. Observar detenidamente el diseño de un vehículo nos hace admirar y respetar al diseñador, permite incluso ponerse en su posición.... ¿que pasa cuando observamos el funcionamiento de una célula?

En este video se observa la transcripción del ADN a 
una proteína.

Nunca ha dejado de maravillarme la perfección de la naturaleza. Recuerdo que en mis días de universitario me deleitaba estudiando física y viendo cómo fenómenos aparentemente complejos se rigen por reglas muy simples. En esa época no creia en Jesús y tenía una visión bastante sesgada de Dios. No obstante, siempre me pareció ilógico concebir que tal grado de perfección pudiera obtenerse por mero azar.

Todo el universo puede reducirse a un puñado de partículas elementales agrupadas bajo ciertas estructuras y patrones. Hasta un escolar sabe que las cosas se componen de átomos; y a su vez estos de protones, electrones, neutrones, y estos a su vez de quarks, leptones, gluones y otras partículas que aún estan por descubrirse. Podría decirse sin errar mucho, que el universo no es mas que vacío y atómos.

Todo en la naturaleza irradia belleza. Todo en la naturaleza tiende a lo simple. Aún recuerdo cómo me llamó la atención el hecho de que la ecuación que rige la atracción gravitatoria y la ecuación que rige la atracción electrostática son tan similares y a la vez tan individuales como dos gotas de agua. Nunca ha dejado de sorprenderme tal nivel de reutilización de recursos, como si incluso en la definición de las leyes mismas que rigen el universo se buscara el minimalismo y la belleza.


Arriba: Ecuación de atracción electrostática. Abajo:Ecuación de atracción gravitacional. (Fuente: Wikipedia)

Quizá no todos esten de acuerdo con mi idea de que las matemáticas son hermosas. Aún cuando nunca me he destacado por mis capacidades algebraicas, no dejo de soprenderme y emocionarme ante la belleza y perfección de las ecuaciones. De cómo es posible que todos los fenómenos de la naturaleza pueden describirse con un puñado de variables y operaciones matemáticas.

"Las matemáticas son el alfabeto con el cual Dios ha escrito el universo" (Galileo Galilei)

Soy un apasionado por el diseño. Pésimo dibujante, pero admiro mucho el trabajo de los diseñadores. Particulamente disfruto el observar los diferentes diseños de estructuras, motos y autos. Me agrada mucho la electrónica, la informática y la ingeniería en general. Disfruto el resolver problemas, en generar soluciones, en diseñar algoritmos.

Una característica del ser humano, que llama poderosamente mi atención, es esa búsqueda constante de minimizar los recursos utilizados y perfeccionar sus obras. El ser humano es un ser creador. El ser humano tiene la tendencia natural a crear cosas. Nuestra inteligencia busca resolver problemas, busca crear, busca simplificar. Desde los comienzos de la historia, el ser humano ha ido creando diferentes invenciones, desde la rueda y la escritura hasta los viajes espaciales y la Internet, además ha ido descubriendo aplicaciones prácticas para los diversos materiales que encuentra en la naturaleza.

Simplemente tomamos las materias primas que están en la naturaleza, aplicamos nuestra inteligencia, y creamos nuevas cosas. Y nuestras creaciones tienden hacia lo simple, hacia lo práctico, hacia lo hermoso. No deja de sorprenderme el hecho de que el diseño incluso de artefactos como teléfonos celulares o las herramientas busquen la belleza. ¡Incluso las armas! esos artefactos diseñados para matar buscan la belleza ¡buscan ser agradables a la vista!

¿No te llama la atención que todo en la naturaleza tenga un uso práctico? ¿No te parece curioso que los metales sean sólidos a temperatura ambiente y líquidos a otras temperaturas? ¿No te parece fantástico el hecho de que los metales tienen la resistencia precisa para construir máquinas como motores y aviones? ¿Nunca te ha llamado la atención el hecho de que para cada enfermedad hay un remedio en la naturaleza? ¡Cuántas cosas están ahí aún por descubrirse como tesoros enterrados en la arena!

Uno de los elemtos claves en la ingeniería es la reutilización. Si desarmamos por ejemplo un automóvil, nos encontraremos con pequeñas pizas como tornillos, cables, tuercas, botones, ampolletas, mangueras, pistones, resortes, etc... todo tiende a ser práctico, modular. Todas las cosas que creamos buscan, de alguna forma, ser reutilizables. Yo mismo cuando escribo un programa busco generar código reutilizable. Busco, por un lado, generar códigos prácticos y sencillos, que puedan servir para resolver diferentes problemas según un contexto específico. También me gusta resolver el problema en la menor cantidad de líneas que sea posible y me gusta que el código sea... digamos.. "elegante". La programación es un arte en que se busca resolver la mayor cantidad de problemas con el menor esfuerzo. Dicen que los buenos programadores son flojos porque tratan de crear la menor cantidad de código y reutilizar una y otra vez el código existente.

De la misma forma ocurre en el Diseño Industrial. Así, por ejemplo, podemos ver que diferentes modelos de automóviles de un mismo fabricante tienen partes en común como el chasis, la planta motriz, el computador, el sistema de transmisión, el sistema de freno, etc. Todo tiende a ser reutilizado.

Aquí es donde llego a un punto bien interesante: El principio de estas cosas las podemos encontrar en la Biblia. Cuando Dios estaba creando la tierra, Él ordena que de la tierra surgan las plantas y los animales que la poblarían:

Y dijo Dios: "¡Que produzca la tierra seres vivientes: animales domésticos, animales salvajes, y reptiles, según su especie!" Y sucedió así. (Génesis 1:24 NVI)

Dios utilizó las materias primas que ya estaban en la tierra para crearnos. No se molestó en generar nuevas materias primas para generar vida, sino que reutiliza los materiales ya creados. Basta tomar un animal o una planta, secarlos y quedarán reducidos a polvo. Hasta un escolar sabe que la base de la vida es el carbono, sumado a algunos minerales como el potasio, hierro, nitrógeno.. etc. No hay materia prima que se encuentre exclusivamente en los seres vivos, pero si hay mucha materia prima de la tierra que no se encuentra en los seres vivos. Y finalmente cuando Dios crea al hombre, toma polvo de la tierra para formarle:

Y Dios, el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. (Gen 2:7 NVI)

El sencillo principio de la reutilización de materias primas es aplicado por el Ingeniero de Ingenieros. Al crear la tierra, Dios había establecido las materias primas necesarias para que hubiera vida. Estas materias primas no están aquí por azar. Fueron puestas con un propósito, un objetivo en mente. Incluso las proporciones de las materias primas han sido establecidas cuidadosamente, de modo que exista un equilibrio exacto no solo para la existencia de vida, sino también (y ésto es lo interesante): para que existieran suficientes materiales como para que el hombre se dedique a la creación de cosas.

Observando un poco más allá de los minerales y componentes básicos de la vida, encontramos un segundo nivel de reutilización: El diseño.

A muy grandes rasgos, la vida se divide en dos grandes grupos: Los vegetales, que tienen la capacidad de sintetizar los componentes necesarios para mantenerse vivos directamente de su entorno y los animales que obtienen los componentes necesarios para mantenerse vivos absorviéndolos desde otros seres vivos.

No obstante, en ambos grupos se observan ciertos elementos comunes que se utilizan para formarlos: Aminoácidos, proteínas, ARN, ADN, etc. A un nivel muy general un organismo vivo, sin importar su origen, puede reducirse a un "montón" de componentes escenciales que lo conforman. A un nivel mayor, lo que distingue una especie de otra es la disposición y cantidad de estos componentes. Un progamador diría que todos los programas se pueden reducir a línes de código y todas las líneas de código a sentencias. Lo que distingue un programa como "Word" de otro como "Excel" no es más que la cantidad y distribución de estas sentencias.

Algunas palabras reservadas del lenguaje de programación Java.
Con estas palabras pueden escribirse programas tan diferentes como 
juegos, herramientas de cálculo científico o aplicaciones de negocio.


Centrándonos por ahora sólo en el reino animal, y avanzando un nivel más arriba, podemos encontrar estructuras y componentes similares que nuevamente se repiten una y otra vez en las diferentes especies. Encontramos hígados, estómagos, corazones, cerebros, ojos, pulmones, etc. Nuevamente un diseño básico se repite una y otra vez, variando la implementación pero mantiendo la estructura y funcionalidad del diseño.

La reutilización llega a tal punto, que muchas especies comparten gran parte del ADN. Del mismo modo que programas similares comparten muchas líneas de código, muchas especies comparten gran parte del código que les define. ¿No es esto curioso?

Voy a poner un ejemplo simple. Supongamos que tengo un programa que canta. Luego llega un cliente y me pide un programa que cante y baile. No escribiré nuevamente el código que canta, sino que tomaré ese código y lo incluiré en el nuevo programa agregándole solo el código necesario para que baile. Luego, si un segundo cliente me pide un programa que cante, baile y aplauda; nuevamente tomaré el código del programa anterior y le agregaré solo lo necesario para incorporar la nueva funcionalidad. El código genético funciona de forma muy similar. Por eso compartimos tanto ADN con otras especies. El diseñador no se molestó en escribir nuevo código, sino que siempre se basó en el existente.

Cuando Dios crea al hombre, sigue los mismos principios de diseño que había utilizado para el resto de la creación. No se molesta en crear nuevas estructuras desde cero, sino que reutiliza los diseños previos y agrega lo necesario para esta nueva creación. El cuerpo del ser humano sigue manteniendo casi las mismas estructuras que las del resto de la creación. No obstante hay una sutil diferencia.

y dijo: "Hagamos ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran sobre el suelo." (Génesis 1:26 NVI)
Y Dios, el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. (Génesis 2:7 NVI)

Pese a que Dios utilizó los mismos materiales y componentes para el cuerpo, en lugar de sólo dar la orden de que existiera el ser humano, Él mismo sopló el aliento de vida en el hombre. Dios dotó al hombre de un espíritu que le da una característica única: Tiene algo, un "trozo" de Dios dentro de si. Este espíritu es lo que da al ser humano características únicas como imaginar y crear (entre otras), pero por sobre todo, este espíritu tiene la capacidad de entrar en comunicación con Dios y tener comunión con él. Lamentablemente esto no ocurre todo el tiempo (por motivos que estan fuera del alcance de este artículo). No obstante está ahí, listo para entrar en comunión con su creador. La próxima vez que te preguntes que nos hace tan especiales piensa en esto. La próxima vez que baje tu autoestima, recuerda estas palabras.

Hemos heredado ese ADN espiritual; y si hay algo que nos distingue de todos los seres de la creación es esa capacidad no sólo de crear cosas nuevas, sino también de mejorar lo que hemos creado, de buscar la belleza. A pesar de nuestro pecado, de nuestra imperfección, seguimos buscando la belleza y la perfección, como si en lo más profundo de nuestro ser una parte de nosotros buscara parecerse lo más posible a Dios, del mismo modo que un hijo busca parecerse a su padre.

Recuerdo cuando niño que jugaba a construir televisores y motores con cartones, botellas y otros objetos. Observaba cuidadosamente los televisores abiertos en el taller de mi padre y los automóviles abiertos en el patio de la casa. Trataba de construir todo lo que veía, y buscaba la belleza, la perfección. Torpemente, claro está, pero lo hacía con afán, sabiendo que algún día podría alcanzarla. Del mismo modo, el ser humano aún busca parecerse a su Padre, tratando de ser un creador, de diseñar, de construir, de reutilizar, de simplificar, como si uno de los propósitos de nuestra existencia fuera ese.

Muchas personas me han preguntado ¿puedes darme una prueba de la existencia de Dios? Cuando les cuento mi testimonio personal, me responden diciendo que necesitan algo más concreto, algo más palpable. Mi única respuesta entonces sería esta: recurre a la ciencia. Escudriña la naturaleza, observa lo alto del cielo y la bajo del suelo, observa la perfección y belleza de las bacterias y los ojos de la mujer amada. ¿Cómo es posible tanta perfección? ¿Cómo es posible tanta economía de diseño? ¿Cómo es posible que incluso seamos capaces de apreciar tanta belleza? Es como si todo el universo hubiera sido creado con propoósito de ser admirado y disfrutado.

¿Te has detenido a mirar un atardecer? ¿Te has detenido a observar las hojas de los árboles? ¿Has observado la belleza de tu sistema circulatorio? ¿Te has asombrado con las ecuaciones de la física cuántica? ¿Te has soprendido con la óptica y sus aplicaciones?

Vivimos sobre la obra de ingeniería más perfecta que existe. Nó sólo porque cumple a la perfección con los más elaborados patrones de diseño, sino también por su belleza. Es posible incluso apreciar la personalidad del creador, quien no solo se preocupa de la eficiencia, sino también del buen gusto y la estética.

Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin. (Eclesiastés 3:11 NVI)

La próxima vez que veas las estrellas, recuerda que nuestro planeta está ubicado estratégicamente en un extremo de la galaxia, alejado de las poderosas reacciones del centro y justo en un lugar donde puede apreciarse sin estorbo la grandeza del universo. Fuimos dejados a propósito en este lugar, a fin de estudiarlo, comprenderlo, disfrutarlo, maravillarnos y cuidarlo.

Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. (Salmos 19:1 NVI)

miércoles, 16 de mayo de 2012

Nunca nadie me lo dijo

Crecí en una familia cristiana, de corte evangélico. Devoción no es una palabra que nos caracterizara. Recuerdo la última vez que fuimos a una iglesia debe haber sido en 1984 o 1985. La encontramos quemada, hecha cenizas. Es el último recuerdo que tengo de una iglesia en mi infancia.

Me enseñaron a dar gracias a Dios antes de comer, a leer la biblia, a no robar, ni mentir, a respetar a los demás y respetarme a mi mismo, pero nunca me dijeron que Cristo había muerto y resucitado para pagar el precio de mis pecados. Nunca nadie me dijo que Jesús era el Hijo de Dios que había venido a este mundo a pagar el precio de todos nuestros pecados sólo por amor, para que así puediéramos volver a tener paz con Dios y nosotros mismos.

El tiempo me enseño a mentir, a robar, a destruirme a mi mismo. Nunca nadie me dijo que en Jesús encontraría las fuerzas necesarias para resistir toda tentación. Durante muchos años luché con mis propias fuerzas, en base a mi propia filosofía para tratar de no ser como los demás. Me escondí en las doctrinas políticas más raras que encontraba, pero no lograba encontrar paz.

Nunca nadie me dijo que ese vacío interior podía ser llenado sólo pidiendo a Jesús que lo hiciera. Traté de llenarlo con violencia, filosofía, alcohol, drogas, sexo. Traté durante años de escapar de mi mismo. Busqué ganar más y más dinero para así conseguir más cosas. Pensaba que algún día una mujer se enamoraría de mi y todo cambiaría.

Pero siempre despertaba con esa sensación de vacío. Cada vez que se me quitaba la resaca pensaba "¿esto es todo?". No podía convencerme que lo mejor que podía ofrecerme la vida era un dolor de cabeza, los oídos zumbantes, un escozor en la entrepierna y boca seca.

Nunca nadie me dijo que Dios existía y ayudaba, nunca nadie me dijo que Él podía ayudarme a tomar las decisiones correctas. Por lo tanto me dejé llevar por mi codicia y fui estafado. Descubrí que aunque el dinero no es todo en la vida, su ausencia provoca daños fuertes.

Nunca nadie me dijo que Jesús vino a liberar a los cautivos, que aún en mi estado Él podía echar todo por tierra y hacer nuevas las cosas. Recuerdo una mañana en que estaba desesperado buscando trabajo. Había jugado todas mis cartas y me quedaba dinero suficiente como para un mes de renta. Recuerdo de verdad sentirme atrapado en mi propio juego. Me acordé de mi infancia, me acordé de esa iglesia quemada y cómo esas personas adoraban y glorificaban a Dios a pesar de su desgracia.

"Dios  -dije-... No sé si existes. No sé si estas ahí, pero si de verdad existes... necesito un trabajo y lo necesito ahora..."


Nunca antes había dicho algo con tanta sinceridad. Ahí estaba, solo, en mi departamento, sin amigos, sin familia, sin polola, sin moto, sin muebles, sin dinero. Nunca antes me había sentido tan desnudo y tan desamparado. ¡Estaba hablando sólo! Colgado de una red wi-fi me puse a enviar currículums... lancé mis dados.


Dos horas después me llamaron de Lanix Chile... y aquí sigo hoy...

Nunca nadie me dijo que Dios puede dar pruebas de su existencia. Nunca nadie me dijo que Dios nos ama. Nunca nadie me dijo que Dios restaura las vidas de quienes lo permiten.

Recuerdo la incomodidad del primer día en la iglesia. Sentirse observado, sentirse solo, sentirse extranjero. Darse cuenta de la imperfección de la obra humana, de la falta de calidez y afecto de los cristianos. Quise huir, pero me quedaba algo de orgullo y dignidad, asi que decidí permanecer ahí, muy a mi pesar.

"Él cumplió su parte -dije- Ahora me toca a mí cumplir la mía"

Nadie me dijo nunca que Dios premia la fidelidad. Nadie me dijo nunca que Dios te habla personalmente. Nadie me dijo nunca que Dios no vive en las iglesias y que puedes llamarlo desde cualquier lugar.


Creí haber recuperado todo, el dinero, la moto, la estabilidad. Comencé a volver a mis andanzas, comencé a dejar de cumplir mi parte.

Nadie me dijo nunca que Dios nos cuida, que Él mismo vela por nosotros y nos mantiene a resguardo de aquello que nos hace daño. Nadie me dijo nunca que Dios respeta nuestras decisiones, que no nos obliga a obedecerle.

Mi corazón estaba destrozado. Nunca había amado a alguien de esa manera. Nunca había dado todo por una mujer, jamás me habían despreciado y destruido de esa forma. Conocí el caos de un corazón destrozado, de un alma decepcionada.

Nunca nadie me dijo que Dios corresponde nuestra rabia con silencio. Nadie nunca me dijo que Dios pone la otra mejilla cuando lo abofeteas, nunca nadie me dijo que el único camino para llegar a Dios es Jesús.

Y ahí estaba, en el suelo, llorando desesperadamente. Deseaba la muerte, deseaba dormir por siempre, deseaba escapar de mí mismo, deseaba con todas mis fuerzas llenar ese vacío oscuro y terrible que sentía en mi interior.

"Jesús.... Jesús.... - decía entre sollozos- . . .Jesús... Jesús"

Mis lágrimas mojaron el plumón, las sábanas, el colchón y mi ropa. Gotas y gotas caían desde mis ojos como la lluvia en una tormenta. Estaba en el suelo, ni siquiera podía levantar mi cara.

Nunca nadie me dijo que Jesús restaura vidas. Nunca nadie me dijo que Jesús perdona. Nunca nadie me dijo que Jesús puede tomar una vida hecha pedazos y construir una nueva.

Fue el primer día de mi vida.

Uno de los fariseos invitó a Jesús a comer, así que fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. Ahora bien, vivía en aquel pueblo una mujer que tenía fama de pecadora. Cuando ella se enteró de que Jesús estaba comiendo en la casa del fariseo, se presentó con un fraco de alabastro lleno de perfume. Llorando, se arrojó a los pies de Jesús, de manera que se los bañaba en lágrimas. Luego se los secó con los cabellos; también se los besaba y se los ungía con el perfume.

Al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo para sí: "Si este hombre fuera profeta, sabría quien es la que lo está tocando, y que clase de mujer es: una pecadora."

Entonces Jesús le dijo a manera de respuesta:

- Simón, tengo algo que decirte.

- Dime, Maestro -respondió.

- Dos hombres le debían dinero a cierto prestamista. Uno le debía quinientas monedas de plata, y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. Ahora bien, ¿cuál de los dos lo amará más?

- Supongo que aquel a quien más le perdonó -contestó Simón.

- Has juzgado bien -le dijo Jesús.

Luego se volvió hacia la mujer y le dijo a Simón:

- ¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies, pero ella me ha bañado los pies en lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Tú no me besaste, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con aceite, pero ella me ungió los pies con perfume. Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama. Entonces le dijo Jesús a ella:

- Tus pecados quedan perdonados.

Los otros invitados comenzaron a decir entre sí: "¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?"

- Tu fe te ha salvado -le dijo Jesús a la mujer-; vete en paz.
(Lucas 7:36-50 NVI)

Nunca nadie me dijo que Dios perdona....

viernes, 20 de abril de 2012

La trampa llamada religión

"¿Necesariamente creer en Dios implica una religión? ¿Por qué Jesús se enfrentaba a los religiosos de su época? ¿Realmente nuestra religiosidad sirve de algo?

Pantanosas aguas en las que he decidido meterme, pero me siento impelido a opinar al respecto de un tema tan delicado ya que de cierto modo, siento que hay muchas personas que tienen algunos conceptos equivocados. Antes de continuar, quiero dejar algunas cosas en claro: lo que escribo aca por ningún motivo es la verdad absoluta, simplemente es mi opinión basada en lo que he aprendido estudiando las escrituras, a las personas y algunas vivencias personales. No pretendo que por ningún motivo que la persona que lea esto se conforme en exclusiva con lo que escribo aca, sino que investigue por sus propios medios y saque sus propias conclusiones. Todo comentario siempre es bienvenido. Y si me he equivocado en algo, con gusto aceptaré correcciones bien fundamentadas.

"Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres." (Juan 8:32 NVI)

Cuando hablo de Dios, la primera respuesta que suelo obtener es "No me hables de religión". Me han dicho también "eres muy religioso", y en otras ocasiones símplemente me han tratado despectivamente como "fanático religioso". No deja de sorprenderme este error de conceptos ya que existe un abismo de diferencias entre ambos. Dios no es una religión. Dios no usa una camiseta que diga "católico" o "musulmán" o "testigo de jehová" o "evangélico" por decir algo. Dios es completamente libre de cadenas religiosas, Dios es supremo y está por sobre toda obra y creación humana.

Nuestra mente es limitada, no podemos asimilar asi como asi los conceptos que definen a Dios. Del mismo modo que le sería muy difícil entender mecánica cuántica a mi sobrino de 4 años, para una persona común y corriente como tú o como yo es muy difícil entender el concepto de la universalidad de Dios. El simple hecho de tratar de entender que Dios es eterno y ha existido por siempre me vuelve loco y de verdad me resulta muy difícil de entender. No obstante tengo la certeza de que algún día lo entenderé, cuando por fin pueda pasar un bien tiempo conversando con Él mientras caminamos por hermosos paisajes.

En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española encontramos el siguiente significado para Religión:

"Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto." (www.rae.es)

Entendiéndolo en un criterio un poco menos general, puedo decir que la religión es un conjunto de rituales y creencias que el hombre cree necesarios para acercarse a Dios, buscando en cierta forma agradarle o "caerle bien" por las cosas que hace. Cuando las personas comienzan a agruparse en torno a su creencia, se producen algunos fenómenos que es importante tener en cuenta:

  • Comienza a establecerse un concenso común.
  • Comienzan a definirse ciertas reglas.
  • Comienza a marginarse a aquellos que no están de acuerdo con las reglas establecidas.
A medida que pasa el tiempo, se pierde el sentido original de "agradar a Dios" y se genera un sentido de "cumplir las reglas", es decir "agradar al hombre".

¿Por que entonces se utilizan los rituales?

El problema no está en la ritualidad de por si, ya que Dios mismo estableció un sistema de rituales en los tiempos del Antiguo Testamento. Estos rituales son necesarios en la medida de que servían para alimentar nuestra constancia, establecer orden y recordarnos (sobre todo a los que tenemos pésima memoria) de que se trata todo esto. Hay una definición que me gusta mucho, que no está en la Biblia. No obstante la simpleza y la belleza que usa Antoine de Saint-Exupéry es sufiente para comprender el porqué de los rituales:

"—¿Qué es un rito? —inquirió el principito.
—Es también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones." (Antoine de Saint-Exupéry, "El Principito")

La ritualidad es válida cuando emana del corazón. Cuando se cumple el ritual simplemente por cumplirlo, carece de sentido y se vuelve una práctica repetitiva y sin sentido.

La Biblia en su totalidad habla de lo absurdo de la religión vacía e hipócrita. Leemos en el libro del profeta Isaías:

"¿De qué me sirven sus muchos sacrificios? -dice el Señor-.
Harto estoy de holocaustos de carneros y de la grasa de animales engordados; la sangre de toros, corderos y cabras no me complace.
¿Por qué vienen a presentarse ante mí?
¿Quién les mandó traer animales para que pisotearan mis atrios?
No me sigan trayendo vanas ofrendas; el incienso es para mí una abominación. 
Luna nueva, día de reposo, asambleas convocadas; ¡no soporto que con su adoración me ofendan!
Yo aborrezco sus lunas nuevas y festividades; se me han vuelto una carga que estoy cansado de soportar.
Cuando levantan sus manos, yo aparto de ustedes mis ojos; aunque multipliquen sus oraciones  no las escucharé, pues tienen las manos llenas de sangre.
¡Lávense, límpiense!
¡Aparten de mi vista sus obras malvadas!
¡Dejen de hacer el mal!
¡Busquen la justicia y reprendan al opresor!
¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!" (Isaías 1:11-17 NVI)

Es extraño leer estas líneas, sabiendo que Dios mismo había establecido las fiestas y los rituales. ¿Por qué se habían convertido en una abominación? Porque los israelitas habían olvidado que debían ser un pueblo distinto (santo). Se habían transformado en "uno más del montón", con el agravante de que seguían haciendo ritos. ¿De que sirven los ritos si el corazón no ha cambiado?

Dios mismo se expresa en contra de la religiosidad absurda. De su propia boca exhorta a su pueblo a abandonar la ritualidad sin sentido y preocuparse primero en dar amor. Los rituales establecidos por Dios para su pueblo tenían sentido cuando se aplicaban en un contexto de amor, donde el sacrificio representaba un verdadero arrepentimiento del pecado y las fiestas un verdadero regocijo por ser el pueblo de Dios.

Me interesa fundamentalmente que se entienda este punto: La ritualidad es válida siempre y cuando emane del corazón y se hace con el propósito de entender y expresar el amor de Dios. Cabe destacar que todo este sistema de rituales apuntaba al futuro sacrificio de Cristo, el cual sería el sacrificio definitivo presentado por Dios para la expiación y perdón de todos los pecados presentes y futuros de quienes quieran recibir este beneficio.

Más tarde, cuando Dios se hace presente entre los hombres en Jesucristo, no cesa en su lucha contra la religiosidad humana. Al punto que gran parte de su obra es una ataque frontal contra el establishment religioso de la época. Muchos de los ritos establecidos por Dios habían sido torcidos en tal forma que terminaban siendo una carga pesada para el pueblo en lugar de un momento de regocijo. Un campo de batalla que se repite constantemente en el evangelio es el día sábado, el cual había sido establecido por Dios para el descanso del hombre. Recordemos que en esa época no existían leyes laborales ni días hábiles como hoy, por lo que en general todos los pueblos acostumbraban a trabajar los 7 días de la semana. Dios consideró bueno apartar un día para el descanso del hombre y los animales a fin de poder dedicar un tiempo a su familia y al reposo.

"Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el Señor bendijo y consagró el día de reposo." (Éxodo 20:8-11 NVI)

He leído este versículo en varias versiones (RV 1569, RV 1909, RV 1960, RV 1995, RVC, NVI, DHH, TLA, RVG, NTV) y en todas ellas, se llega  a misma conclusión: Honramos a Dios con nuestro reposo. (Esto amerita otro estudio)

No obstante, la religiosidad de la gente había terminado llenando el sábado de normas para definir lo que se consideraba 'descanso' de lo que se consideraba 'trabajo' que en tiempos de Jesús resultaba extremadamente complejo y agotador cumplir con todos los "requisitos" de descanso. Así, algo tan simple y grato como un día de descanso se había convertido en una carga para el pueblo:

"Por aquel tiempo pasaba Jesús por los sembrados en sábado.
Sus discípulos tenían hambre, así que comenzaron a arrancar algunas espigas de trigo y comérselas. Al ver  esto, los fariseos le dijeron:
- ¡Mira! tus discípulos están haciendo lo que está prohibido en sábado.
Él les contestó:
- ¿No han leído lo que hizo David en aquella ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre? Entró en la casa de Dios, y él y sus compañeros comieron los panes consagrados a Dios, lo que no se les permitía a ellos sino sólo a los sacerdotes. ¿O no han leído en la ley que los sacerdotes en el templo profanan el sábado sin incurrir en culpa? Pues yo les digo que aquí está uno más grade que el templo (hablando de sí mismo). Si ustedes supieran lo que significa: "Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios", no condenarían a los que no son culpables. Sepan que el Hijo del hombre es Señor del sábado." (Mateo 12:1-8 NVI, paréntesis míos).

¡Qué muestra más grande de sentido comun!. Con esta simple lección, Jesús mismo echa por tierra todo fanatismo religioso humano, demostrando que primero está el amor y la misericordia antes que el ritualismo. Toda la biblia está llena de este sentido común, dejando en claro que Dios no quiere que sus hijos sean fanáticos descerebrados que son capaces de humillar y herir a los demás con tal de cumplir la ritualidad.

"¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!
Les cierran a los demás el reino de los cielos, y ni entran ustedes ni dejan entrar a los que intentan hacerlo.
¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! 
Recorren tierra y mar para ganar un solo adepto, y cuando lo han logrado lo hacen dos veces más merecedor del infierno que ustedes."  (Mateo 23: 13-15 NVI)

La religiosidad es peligrosa, Dios siempre hace un llamado al sentido común, poniendo el amor y la misericordia sobre todas las cosas. Quien actúa fanáticamente o bien nunca ha leído, o nunca ha comprendido la biblia.

"Así está escrito: 'Por causa de ustedes se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles.'"  (Romanos 2:24 NVI)
"Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo."  (Mateo 24:12-13 NVI)

No creo necesarias mas pruebas para demostrar que ante todas las cosas, amar y servir a Dios no es una religión. Es algo que va mucho más allá de lo que pueda escribir en estas líneas. Es una relación que se renueva y nos sorprende cada día, donde Dios trata con cada uno de forma diferente y donde las cosas se hacen por amor, no por obligación.

"Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.
Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta."  (1 Corintios 13:1-7 NVI)

Al final del día todo trata de amor:

"Si alguien se cree religioso pero no le pone freno a su lengua, se engaña a si mismo, y su religión no sirve para nada. La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo."  (Santiago 1: 26-27 NVI)

Acá dejo una excelente prédica de Mark Driscoll que deja muy clara la diferencia entre seguir una religión y seguir a Jesús. Es algo que recomiendo encarecidamente ver:

miércoles, 4 de abril de 2012

El camino, la verdad y la vida

¿Cómo es el camino?

FE -> CONVENCIMIENTO -> OBRAS

FE: Creo en Dios. No puedo verlo cara a cara. No tengo su facebook , ni su foto. Pero creo.

"Dichosos los que no han visto y sin embargo creen." (Juan 20:29b NVI)

FE: Creo que Dios creó este planeta, el universo, todas las cosas que me rodean y a mí mismo.

"Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que Él creó, de modo que nadie tiene excusa." (Romanos 1:20 NVI)

FE: Como raza, los seres humanos nos hemos apartado de Dios. No queremos acercarnos a Él. Sabemos que existe, pero lo negamos. Aunque es evidente, nos excusamos en nuestros razonamientos y filosofías.

Todo lo anterior son actos de fe. Hasta este momento, hemos tomado una decisión racional de creer.

La fe es un ejercicio de la razón. No puede haber fe sin razón.

La vida, el mundo, nos ofrece muchas ideas que no podemos comprobar por nuestros propios medios. Debemos examinar las evidencias, meditar y tomar una decisión.

Constantemente, todo el tiempo, estamos haciendo uso de nuestra fe. Si ponemos nuestra fe en lo que dice la Biblia y creemos, hemos dado un gran paso, pero no es suficiente.

"¿Tu crees que hay un sólo Dios? ¡Magnífico! También los demonios creen, y tiemblan"

FE: Creo en Dios, creo que Dios ha establecido leyes que debemos respetar y obedecer. Cuando desobedecemos las leyes de Dios, se le llama pecado. Hasta un niño sabe que infringir la ley tiene consecuencias. ¿Te arriesgarías a conducir un automóvil sin licencia?

Dios es extremadamente justo. No puede perdonarnos "porque si". De hacerlo estaría yendo contra su propia ley. Si un diputado va a exceso de velocidad, debe pagar una multa como todo ciudadano, aunque él mismo haya propuesto esa ley. A diferencia de los diputados y senadores, Dios no quebranta su propia ley. Él juzga con justicia.

FE: Dios creó al hombre sin pecado (es decir, originalmente el hombre no había quebrantado la ley de Dios). No obstante le dió la capacidad de decidir. Le dijo claramente lo que ocurriría si desobedecía, pero no le obligó a obedecerDios no hace robots.

"Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás." (Génesis 2:16 - 17 NVI)

Al desobedecer el hombre, el pecado entró en la raza humana. Dios, por lo tanto, debe actuar con justicia: juzgar y sentenciar.

"Por cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol que te prohibí comer, ¡maldita será la tierra por tu culpa!
Con penosos trabajos comerás de ella todos los días de tu vida.
La tierra te producirá cardos y espinas y comerás hierbas silvestres.
Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres y al polvo volverás."
(Génesis 3:17 - 19 NVI. Énfasis añadido)

Hasta este punto todo es fe. Debes examinar la evidencia, examinar el mundo y examinarte a ti mismo. ¿Tiene sentido todo esto? ¿No te dá la sensación de que algo no anda bien en este mundo? ¿Acaso no llegas a pensar, luego de ver CNN y el canal 24 horas que realmente este planeta tiene una maldición? ... Sigue leyendo.

Cuando llegamos a este punto, la fe lleva a un convencimiento: Soy un pecador. No importa cómo, pero de alguna manera se que estoy constantemente desobedeciendo a Dios. Creo que estoy en problemas.

En este punto, una gran mayoría de personas toma el siguiente camino: Comienzan a hacer cosas "buenas" y en algunos casos buscan a toda costa obedecer la ley. En algunos casos llegan a memorizarla completamente y se esfuerzan por cumplirla al 100%. A esto se le llama religión.

La religión no es más que un esfuerzo del hombre para justificarse por sus propios méritos ante Dios.

El problema es que nadie es capaz de cumplir la ley al 100%. ¿No me crees? mira a los religiosos... ¿Quién confía en ellos?

Cuando cometes una infracción de tránsito y un carabinero te pasa un parte, el parte dice "Infracción a la ley de tránsito". Aunque hayas cometido sólo una infracción, has infringido toda la ley. Con la ley de Dios pasa exactamente lo mismo.

"Porque el que cumple con toda la ley pero falla en un sólo punto ya es culpable de haberla quebrantado toda." (Santiago 2:10 NVI)

CONVENCIMIENTO: Soy incapaz de sumplir al 100% la ley de Dios. Merezco el juicio y la sentencia. El lo que corresponde.

Aunque a partir de este punto comenzáramos a hacer lo que la ley exige y lo hiciéramos al 100% ¿Qué mérito tendríamos? Sólo estaríamos haciendo lo que nos corresponde hacer. ¿Que pasa con todos nuestros pecados anteriores? Ahí están. Siguen esperando el juicio y la sentencia.

"Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado." (Romanos 3:20 NVI)
¿Que hacemos? ... ¡Vámonos para la casa! ... Si en realidad todo llegara hasta aquí, nada tendría sentido. Muchos de los "grandes críticos" de Dios han llegado hasta este punto. Dicen que Dios es malvado porque tiene una lista de cosas que no quiere que hagas y que te enviará al infierno si las haces. Pero esto no termina aquí. Sigue leyendo.

Si queremos continuar, necesitamos ayuda. Si estamos convencidos de nuestro pecado, y realmente queremos cambiar esta situación, necesitamos desesperadamente que alguien nos ayude.

Dios nos ama. Por algo nos creó. A pesar de nuestra mala decisión, Él quiere que nos "enderecemos" y vivamos con Él.

"Tan cierto como que yo vivo -afirma el SEÑOR omnipotente-, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva." (Ezequiel 33:11 NVI)

Por lo tanto, Dios mismo ha decidido darnos un héroe que pueda salvarnos de este problema. Ya que Él conoce la ley a la perfección, también es capaz de cumplirla a la perfección.

"Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él." (Juan 3:16 - 17  NVI. Énfasis añadido)

Es simple: El juez juzgó, y dictó sentencia. Pero inmediatamente metió su mano al bolsillo y pagó nuestra multa. ¡Hey! la multa no es cualquier cosa. El Hijo de Dios (Jesús) debió pagar con su propia vida nuestro pecado.

"Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados." (Isaías 53:5 NVI. Énfasis añadido)

FE: Creo que Jesús pagó el precio por mis pecados. Creo que sólo Él podía pagar esa deuda que yo tenía con la justicia de Dios.

A partir de este momento tomamos conciencia de nuestra posición:

PECADOR + JESÚS = PERDONADO

Ok. ¡Perfecto! pero esto es sólo el comienzo. A partir de ahora debemos cambiar nuestra forma de vivir. Si antes de este momento vivíamos en desobediencia ¡Qué mejor momento para empezar a obedecer!

OBRAS: Dejo de hacer lo que va en contra de la ley de Dios y desde ahora en adelante seré obediente a la ley.

¿Pero si fallo? ¿Que pasa si a pesar de todo vuelvo a cometer un error?

"Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo." (1Juan 2:1 NVI) 

FE: Creo que Jesús es mi abogado y el me librará del castigo que merezco porque ya pagó el precio.

OBRAS: Pido perdón a Dios por haber pecado. Me arrepiento y no vuelvo a cometer ese error.

El arrepentimiento es la acción continua de abandonar un mal hábito, tomando conciencia de que es un mal hábito y haciendo lo necesario para erradicarlo.

OBRAS: Pero no debo abusar de esto ya que de ser así estoy despreciando a Jesús.
"Si después de recibir el conocimiento de la verdad pecamos obstinadamente, ya no hay sacrificio por los pecados. Sólo queda una terrible expectativa de juicio, el fuego ardiente que ha de devorar a los enemigos de Dios. Cualquiera que rechazaba la ley de Moisés moría irremediablemente por el testimonio de dos o tres testigos. ¿Cuanto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado, y que ha insultado al Éspíritu de la gracia? Pues conocemos al que dijo 'Mía es la venganza, yo pagaré'; y también 'El Señor juzgará a su pueblo' ¡Terrible cosa es caer en manos del Dios vivo!" (Hebreos 10:26 - 31 NVI. Énfasis añadido)

Por lo tanto, debemos mantener este círculo contínuo (el camino)

Si nos mantenemos en este camino, podemos estar seguros de que Jesús está intercediendo por nosotros.

"Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran" (Mateo 7:14 NVI)
Lo mejor de todo es que todo este esfuerzo no lo hacemos solos. Dios nos ama tanto que ha querido ayudarnos a permanecer en el camino. Su Éspíritu Santo esta con nosotros para aydarnos a diferenciar lo correcto de lo incorrecto y de esta forma mantenernos por el camino estrecho.

"Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho." (Juan 14:26)

Al final, todo se reduce a un acto de amor. Dios te ama y ha hecho todo esto (y más) por ti. Hay mucho, mucho más; pero debería escribir un y libro, y eso sería bastante torpe de mi parte porque ese libro ya está escrito: La Biblia. Tiene todo lo que necesitas.

¿Quieres estar seguro de estar obedeciendo la ley de Dios? Recuerda siempre esto:

"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: Ama a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas." (Mateo 22:37 - 40 NVI)