sábado, 29 de marzo de 2014

Desmitificando a Satanás

sUno de los errores más comunes en el que cae la iglesia es el de mitificar al enemigo de Dios.

Existe en la mayoría de los cristianos (y con mayor razón en quienes no lo son) la errónea creencia de que Satanás reina en el infierno.

Desde pequeños, la imaginería popular nos lleva a creer en la existencia de “un rey bueno” (Dios) y un “rey malo” (Satanás) que se disputan de alguna forma el dominio del mundo. Así, el mito nos lleva a imaginar que el “rey bueno” tiene su trono “en el cielo”, rodeado de nubes y que los ángeles son como pequeños niños gorditos y con alas (otro mito común). Por otro lado, la imaginación popular nos induce a pensar que el “rey malo” tiene, en oposición, su trono en el infierno, un lugar lleno de llamas oculto en alguna caverna en las profundidades de la tierra, donde las personas son torturadas por una tropa de demonios con cuernos y cola.

Esta imagen caricaturesca es tan común, que cualquier personaje con cuernos y cola lo asociamos inmediatamente al “diablo” cuando la realidad, como siempre, es muy distinta y mucho más interesante.

Satanás quiere que le veamos como un rey. Su mayor deseo es ser reconocido como un rey, con autoridad y recibir la adoración que sólo Dios merece.

“Decías en tu corazón: 'Subiré hasta los cielos. ¡Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios! Gobernaré desde el extremo norte, en el monte de los dioses. Subiré a la cresta de las más altas nubes, seré semejante al Altísimo'” (Isaías 14:13-14 NVI)

Esta sátira, escrita en el libro del profeta Isaías nos revela un hecho a considerar: El deseo de Satanás de ser considerado Dios, de usurpar el lugar de Dios. Por eso le gusta ser mostrado como un rey. Todas esas caricaturas que muestran a Satanás sentado en un trono hecho de calaveras, en las profundidades del infierno no tienen nada de bíblico.

La Biblia nos enseña que Satanás ronda la tierra, es decir, que se mueve desde un lugar a otro.

“Llegó el día en que los ángeles debían hacer acto de presencia ante el SEÑOR, y con ellos se presentó también Satanás. Y el SEÑOR le preguntó:
-¿De dónde vienes?
-Vengo de rondar la tierra, y de recorrerla de un extremo a otro -le respondió Satanás.” (Job 1:6-7 NVI)

Si Satanás realmente fuera un rey ¿por qué debía hacer acto de presencia ante Dios? ¿por qué debía hacerlo junto a los ángeles? Acaso no debería haber enviado a un embajador como lo haría cualquier rey, o bien se presentaría el mismo en una reunión de igual a igual. Aquí ya nos queda claro que existe un sólo rey, no dos reyes uno “bueno” y el otro “malo”.



Esta imagen de Satanás reinando en el infierno, tan popular es falsa. Satanás no tiene idea aún de lo que es el infierno. 



¿Dónde está Satanás?

“A ustedes, él (Jesús) les dio vida cuando aún estaban muertos en sus delitos y pecados, los cuales en otro tiempo practicaron, pues vivían de acuerdo a la corriente de este mundo y en conformidad con el príncipe del poder del aire, que es el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia.” (Efesios 2:1-2 RVC, paréntesis agregado)

Acá es un poco más claro, al llamar a Satanás “príncipe”, dejando en claro que se encuentra en un nivel claramente inferior a Dios, quien es el rey. Más aún, sitúa su “feudo” en “el aire”, es decir, en la tierra física, en el mundo donde actualmente vivimos.

“Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo..” (Lucas 10:18)

Jesús nos enseñó que Satanás no gobierna en el infierno. Jesús mismo fue quien más predicó y enseñó sobre el infierno (leer el evangelio de Lucas) y en ningún momento lo señala como el reino de Satanás. Al “reino” (nótese que lo pongo entre comillas) de Satanás se le llama en algunas ocasiones “las tinieblas” haciendo un contraste con el reino de luz que es el reino de Dios.

Y aquí surge otra verdad bíblica: No existen dos fuerzas en oposición una “buena” y otra “mala”. Esa es una mentira muy extendida, la cual es base de muchas filosofías engañosas y de muchos errores religiosos. Así como el silencio es la carencia de sonido, la oscuridad es la ausencia de luz y el frío es la falta de calor; la maldad es la carencia de bondad, no es una fuerza opositora sino que es la ausencia de lo bueno.

“Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo dice: 'Volveré a mi casa, de donde salí'. Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial.” (Lucas 11:24-26 NVI)

Si realmente existiera un reino en el infierno, del que Satanás fuera el rey. ¿por qué el espíritu maligno va por lugares áridos? ¿no debería volver a su “command center”, quizá a recibir entrenamiento? ¿por qué llama “su casa” a la persona de donde salió y no al infierno?

Nuevamente, la biblia nos muestra que la realidad es muy diferente a la ficción que nos enseña la religión. El reino de Dios es uno sólo. El hecho de que hoy vivamos en una zona “rebelde”, no significa que vivamos en un reino distinto. Vivimos dentro del “territorio” de Dios, sólo que por ahora estamos en un “barrio peligroso”, pero aún dentro de sus fronteras.

Es más. Satanás no conoce el infierno. Lo aseguro. Satanás no tiene la más mínima idea de lo que es el infierno. ¡menos aún puede ser el “rey” del infierno!

Cuando venga el juicio, Satanás también será juzgado. Como el “lider” de la rebelión recibirá lo que le corresponde.

“¡Pero has sido arrojado al sepulcro, a lo más profundo de la fosa! Los que te ven, te clavan la mirada y reflexionan en cuanto a tu destino: '¿Y éste es el que sacudía a la tierra y hacía temblar a los reinos, el que dejaba el mundo hecho un desierto, el que arrasaba sus ciudades y nunca dejaba libres a los presos?' Todos los reyes de las naciones reposan con honor, cada uno en su tumba. Pero a ti, el sepulcro te ha vomitado como a un vástago repugnante.” (Isaías 14:15-19 NVI)

“A la vista de todos los que te admiran te eché por tierra y te reduje a cenizas. Al verte han quedado espantadas todas las naciones que te conocen. Has llegado a un final terrible, y ya no volverás a existir.” (Ezequiel 28:18-19 NVI)

“El diablo, que los había engañado, será arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habían sido arrojados la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” (Apocalipsis 20:10 NVI)

Satanás no es un rey, Satanás no reina en el infierno. Satanás aún no conoce el infierno y no lo conocerá hasta por lo menos mil años en el futuro (Apocalipsis 20). Tampoco comanda una legión de demonios encargada de torturar a los penitentes como tantas veces lo hemos visto en la TV. Satanás mismo será atormentado por alguien mucho más poderoso que él: Dios. Ese lago de fuego y azufre mencionado en Apocalipsis (personalmente creo que es una metáfora de algo tan terrible que el autor no lo pudo describir con otro ejemplo) es el lugar donde Dios descargará su justa ira.


Esta imagen tan conocida de un pecador siendo castigado en el infierno por una horda de demonios también pertenece a la mitología popular y es absolutamente falsa. El verdadero castigo será el recibir la ira de Dios, la que también recibirán Satanás y los demonios.



Cuando desmitificamos esta alegoría religiosa de los dos reinos, comenzamos a entender no sólo la grandeza y alcance de Dios y su reino; sino que también la posición de autoridad que hemos recibido de parte de Jesús.

También cobra sentido la frase de Jesús: “El que no está conmigo está contra mi” ya que no existe un reino alternativo, no hay un lugar donde haya otro rey con otras leyes.

¿Y que hay del trono de Satanás?

“Escribe al ángel de la iglesia de Pérgamo: Esto dice el que tiene la aguda espada de dos filos: 'Sé dónde vives: allí donde Satanás tiene su trono. Sin embargo sigues fiel a mi nombre.” (Apocalipsis 2:12-13 NVI)

El hecho de tener un trono no te hace rey. Jesús prometió a los apóstoles que se sentarían en 12 tronos. En el “cielo” hay 24 tronos con 24 ancianos que adoran a Dios. Un hombre generalmente tiene su trono frente al televisor. Aquí claramente Jesús se refiere al “trono de Satanás” como el lugar donde, en ese tiempo, Satanás tenía su “base de operaciones”. Puede que actualmente siga ahí, puede que esté en otro lugar; pero sigue siendo en este planeta. Por lo visto la iglesia de Pérgamo se encontraba ahí mismo, dónde las “papas queman” como decimos en mi tierra, y ese lugar no era el infierno; era una ciudad como cualquier otra de su época. La iglesia de Pérgamo decidió permanecer fiel a Dios aún a pesar de estar en un lugar con una fuerte presencia demoníaca.

Dios no obliga. Nos creo con libertad y esa libertad nadie puede quitárnosla. Por lo tanto la decisión final esta en ti mismo. No hay “otro rey” al que puedas servir. Cuando decides no servir al único rey sólo sigues siendo parte “del montón” y estas al mismo nivel de Satanás: ni más arriba, ni más abajo; por lo tanto tendrás el mismo destino. Punto. No hay alternativas, no hay terceras vías. Rechazar a Jesús es un error grave y también estúpido ya que es en el reino de Dios donde todas esas utopías humanas de paz y amor son reales y se cumplen. Lo demás es una quimera, una cortina de humo para distraerte.

No es posible tener los resultados de estar en el reino de Dios sin estar en el reino de Dios. Es imposible. Es como pretender los resultados del ejercicio y la vida sana sin hacer ejercicio y comiendo comida chatarra. Cualquiera que pretenda eso se engaña a si mismo. Pretender un reino de paz, amor y armonía sin Dios es igual de absurdo, por mucho que lo imagines.

lunes, 24 de febrero de 2014

El plan de salvación

NOTA: Este artículo es parte de un material de estudio para el grupo de pre adolescentes de la escuela dominical donde sirvo. Puede ser utilizado libremente mecionando el lugar de origen.


La noche del 27 de febrero de 2010 fue una noche de verano más para muchos chilenos. Esa noche era la clausura del festival de Viña del Mar y muchas personas disfrutaban de sus vacaciones en diferentes lugares de la extensa costa del país.

Aproximadamente a las 3:48 de la madrugada comenzó el desastre. Un terremoto de 8.8 grados afectó al pais, destruyendo gran parte de la infraestructura, causando pánico, derrumbes, accidentes.

Pero lo peor llegaría cerca de 40 minutos después, cuando un devastador tsunami destruyó varias ciudades costeras chilenas. Las localidades de Dichato e Iloca son tristemente célebres por el hecho de haber sido destruidas por el Tsunami.

Lo peor de todo fue que las autoridades no dieron la alerta. La ineptitud del gobierno, la ignorancia del personal, la excesiva confianza, la confusión y otros factores se conjugaron para que en lugar de emitir la alerta de tsunami se hiciera un llamado a la calma. Muchas vidas se habrían salvado si hubieran sido avisadas de antemano del peligro que venía.

Pongámonos en el otro extremo: ¿Que habría pasado si la gente hubiese sido avisada, pero no hubiese hecho caso? De todos modos habríamos tenido una tragedia.

Por lo tanto, para salvar vidas se necesitan a lo menos 3 componentes:
  • Un medio para salvar vidas (en este caso la huida a un lugar alto).
  • Un aviso del peligro que se avecina y del medio para salvarse.
  • La obediencia de la(s) persona(s) que están siendo avisadas.
En el tiempo antiguo, la maldad y corrupción de la creación había llegado a tal extremo, que Dios debió tomar una decisión drástica: Hacer borrón y cuenta nueva. Sabemos que Dios es amoroso y paciente, por lo que concluimos que el nivel de maldad debe haber llegado a un nivel realmente insoportable.

Sabemos que en ese tiempo, la corrupción había alcanzado por lo menos los siguientes ámbitos:
    • Corrupción de la naturaleza: Animales, plantas, la tierra en si misma.
    • Corrupción genética del hombre (por los Hijos de Dios que tuvieron hijos con las hijas de los hombres).
    •  Corrupción mental del hombre (todo pensamiento era de continuo al mal).

"Al ver el SEÑOR que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal, se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón" (Génesis 6:5 NVI)

Este es uno de los pasajes más tristes de la Biblia. Sinceramente, aún conociendo la maldad del mundo actual, me cuesta imaginar la maldad tan extrema que deben haber tenido esas personas, para hacer que Dios se arrepintiera de haber creado a los seres humanos.

Noé fue el único hombre que Dios encontró justo en sus generaciones. La biblia lo describe como un hombre íntegro, que pese a la maldad de su entorno supo ser fiel a Dios. Dios tuvo en cuenta esto y decidió salvar su vida.
"Noé era un hombre justo y honrado entre su gente. Siempre anduvo fielmente con Dios. Tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet. Pero Dios vio que la tierra estaba corrompida y llena de violencia. Al ver Dios tanta corrupción en la tierra, y tanta perversión en la gente, le dijo a Noé: 'He decidido acabar con toda la gente, pues por causa de ella la tierra está llena de violencia. Así que voy a destruir a la gente junto con la tierra."(Génesis 6:9-13 NVI)

Al leer la Biblia, he observado que existe un límite de maldad en el ser humano tras el cual parece no haber forma de que llegue el arrepentimiento. Le llamo "el punto sin retorno", en el cual la dureza del corazón ha llegado a tal extremo que es imposible que las personas se arrepientan.

Dios le dio a Noé instrucciones exactas de lo que debía hacer. Si le hubiese dicho simplemente "Hazte un arca" probablemente Noé la hubiese construido de piedra, o quizá de madera pero no la hubiese sellado. Dios le dio instrucciones acerca de:
    • El material (Madera resinosa).
    • La estructura (Tres pisos internos con compartimientos).
    • La aislación (Brea por dentro y por fuera).
    • Las medidas (140 metros de largo, 23 de ancho y 14 de alto aprox).
    • La carga (Toda clase de alimento).
    • Los pasajeros (Noé y su familia, animales de toda especie).

Nota interesante: Se ha descubierto que las proporciones de la medida del arca le hacen imposible de volcar.

Si Noé hubiese desobedecido en uno de estos puntos no se hubiera podido salvar.
    • ¿Qué hubiera pasado si en lugar de madera resinosa hubiese usado otro tipo de madera?
    • ¿Si no hubiese hecho compartimientos?
    • ¿Si no hubiese aislado completamente el arca?
    • ¿Si la hubiese hecho de otras medidas?
    • ¿Si no hubiese llevado alimento?
    • ¿Si no hubiese subido toda la familia de Noé o todos los animales?

Noé obedeció fielmente las instrucciones de Dios y logró salvar a su familia y dar continuidad a la vida en la tierra. Los tres factores de salvación estuvieron presentes para que Noé y su familia se pudieran salvar del terrible desastre que destruyó al mundo antiguo.

Viene otro desastre:
"Arrasaré por completo
cuanto hay sobre la faz de la tierra -afirma el SEÑOR-.
Arrasaré con hombres y animales,
con las aves del cielo,
con los peces del mar,
con ídolos e impíos por igual.
Exterminaré al hombre
de sobre la faz de la tierra. -afirma el SEÑOR-" (Sofonías 1:2-3 NVI)

Sabemos que la causa de la destrucción no es un capricho de Dios, sino que la maldad del ser humano crece hasta niveles tales que corrompe a la creación. Hoy en día el afán de dinero y la maldad del hombre le ha llevado incluso a hacer alteraciones genéticas a la naturaleza. ¿No estaremos llegando al punto de corromper toda carne sobre la tierra?

"La venida del Hijo del Hombre será como en los tiempos de Noé" (Mateo 24:37 NVI) 

Hemos acumulado maldad sobre maldad, y el desastre se nos viene encima. Dios nos ha estado avisando por lo menos durante los últimos 3000 años, de forma que nadie diga que no se le avisó.

"Ya se acerca el gran día del SEÑOR; a toda prisa se acerca.
El estruendo del día del SEÑOR será amargo, y aún el más valiente gritará.
Día de ira será aquel día , día de acoso y de angustia, día de devastación y ruina, día de tinieblas y penumbra, día de niebla y densos nubarrones, día de trompeta y grito de batalla contra las ciudades fortificadas, contra los altos bastiones.
De tal manera acosaré a los hombres que andarán como ciegos porque pecaron contra el SEÑOR. Su sangre será como y polvo y sus entrañas como estiércol.
No los podrán librar ni su plata ni su oro en el día de la ira del SEÑOR.
En el fuego de su celo será toda la tierra consumida; en un instante reducirá a nada a todos los habitantes de la tierra." (Sofonías 1:14-18 NVI) 

La biblia contiene muchos avisos como este.

Debemos tener en mente algo muy importante: Siempre nos asustan con que "el diablo nos va a llevar", pero en realidad, de lo que debemos estar a salvo es de la ira de Dios. Éste es el mayor peligro que enfrentamos.

"No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno" (Mateo 10:28 NVI) 

Apocalipsis nos describe la ira de Dios como un lago de fuego y azufre. Sea como sea, debe ser el lugar más terrible que jamás vaya a existir. A tal punto que el diablo mismo será arrojado ahí.

"El diablo, que los había engañado, será arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habrán sido arrojados la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos." (Apocalipsis 20:10 NVI, énfasis añadido)

Pero también, tristemente, muchas personas también serán arrojadas ahí

"Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego" (Apocalipsis 20:15 NVI) 

Las personas serán arrojadas al lago de fuego. Satanás mismo será arrojado al lago de fuego. No vendrá un ángel que amablemente le diga "Señor don Lucifer, tenga la bondad de entrar a este lago de fuego". Serán arrojados porque no querrán entrar por si mismos. Este destino es tan terrible, que creo que la biblia se "queda corta" al explicar los temibles sufrimientos de la ira de Dios.

"Terrible cosa es caer en las manos del Dios vivo" (Hebreos 10:31 NVI) 

Tal como ocurrió con Noé, Dios ha decidido dar un medio de salvación para la ira que se nos viene encima. Del mismo modo que las instrucciones para construir el arca, Dios nos da instrucciones para entrar en el "arca de salvación" que Él mismo ha construido para nosotros.

"Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él." (Juan 3:16-17 NVI) 

Creo sinceramente que cuando Noé contruyó el arca no comprendía con toda claridad lo que estaba haciendo. Noé no era un marinero y en su tiempo no existía la lluvia. Quizá no entendió la palabra diluvio de la misma forma que la entendemos nosotros, pero estoy seguro que comprendió el sentido de urgencia y el peligro inminente que se avecinaba.

Hoy la humanidad está en peligro. El cambio climático, el terrorismo, las epidemias, el hambre, las drogas, las guerras... son cosa de niñas cuando las comparamos al enfrentarse a la ira de Dios. De todos los peligros que enfrenta el ser humano hay sólo uno que es eterno y debe ser enfrentado.

Los avisos han sido dados. Hombres y mujeres de Dios han predicado por lo menos durante los últimos 3000 años acerca del peligro inminente y por lo menos los últimos 2000 años sobre lo necesario para escapar de ese peligro.

Quizá pareciera que ha pasado mucho tiempo. Desde que era niño he escuchado estas cosas, y así ha sido por generaciones. Algunos se han dado por vencidos, pensando que la ira de Dios no viene, otros se ríen alegando que se trata de fábulas y se burlan.

"Ante todo, deben saber que en los últimos días vendrá gente burlona que, siguiendo sus malos deseos, se mofará: '¿Qué hubo de esa promesa de su venida? Nuestros padres murieron, y nada ha cambiado desde el principio de la creación' Pero intencionalmente olvidan que desde los tiempos antiguos , por la palabra de Dios existía el cielo y también la tierra, que surgió del agua y mediante el agua, el mundo de aquel entonces pereció inundado. Y ahora, por esa misma palabra, el cielo y la tierra están guardados para el fuego, reservados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.
Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes porque no quiere que nadie perezca, sino que todos ustedes se arrepientan." (2 Pedro 3:3-9 NVI, énfasis añadido) 

Amigo, viene un desastre terrible, y a Dios lo que más le interesa es salvarte. Pero no va a meterte a la fuerza al arca. Debes obedecer por tí mismo las instrucciones de salvataje. Quizá no hay tiempo de comprender bien como funciona todo. Yo mismo no entiendo del todo cómo funciona la salvación. Comprendo que las instrucciones son precisas y he decidido obedecerlas:

"Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos." (Hechos 16:31)

Amigo, el ir a la iglesia no nos salva, el ser hijo de cristianos no nos salva, el saber de memoria las "canciones de la iglesia" no nos salva, el tocar la guitarra en la banda de la iglesia no nos salva, el danzar no nos salva, el escribir estudios bíblicos no nos salva, el predicar no nos salva... Sólo la fe en Jesucristo nos lleva a la salvación. Jesús nos demanda arrepentimiento y una entrega total, de corazón.

"Desde entonces comenzó Jesús a predicar: 'Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca'" (Mateo 4:17)
"No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencia, pero yo me fijo en el corazón" (1 Samuel 16:7)

Las puertas de la salvación están abiertas de par en par, el arca está dispuesta y sólo depende de tí el entrar o quedarte fuera. Tengo noticias para ti: La vida es eterna. Tú decides donde quieres pasarla.