jueves, 1 de marzo de 2012

¿Cuál es tu precio?

¿Es posible cuantificar el valor de tu vida? Probablemente estás pensando que no. Quizá estás pensando en algo... Monetariamente podría cuantificarse considerando algunas cosas: El costo del embarazo de tu madre, los gastos de clinica, pañales, comida, médico, vestuario, techo, educación, medicamentos... y un largo etcétera. Podría hacerse una aproximación estadística, calcular un promedio y quzá con un poco de imaginación, estimar aproximadamente cuanto vales... supongo que serán varios millones. Sin considerar todo lo que puedes ganar en el futuro. En este caso tu valor se puede incrementar.


Quizá sea menos frío considerar que eres un ser vivo, y que como tal tu vida no tiene precio. Es mucho más poético decir que valoras tu vida por los buenos momentos, por tus amigos, por tu familia, por el gran amor de tu vida. Por tus logros y metas ganadas. Por tu individualidad.


“La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento” (12 monos)


En realidad, yo creo que tu vida no puede valorizarse. Punto. Eres un ser único en el universo, hermoso e irrepetible, con cualidades únicas que no pueden replicarse. Con conocimientos propios, creatividad, historia y destino. Algo único en el universo no puede valorarse. Valorar es comparar. Cuando algo se valora, lo que se está haciendo es compararlo con un patrón establecido (el dinero, por ejemplo). Ahora bien ¿cómo se puede valorar algo único en el universo? ¿contra qué se te puede comparar?


Cierto día, estaba detenido en un semáforo, y un aviso publicitario llamó la atención. Una pareja en una pose sensual, con poca ropa, pero vestidos muy a la moda y un escrito "Be Authentic (Sé auténtico)" . Una invitación a la individualidad, a ser único. No pude evitar una sonrisa al pensar que esa publicidad te está invitando a ser único, pero al mismo tiempo te impone un estereotipo de vestimenta y comportamiento, es cómo si te en realidad te dijeran: "¿Quieres ser único?... bueno, ven a comprarnos la última moda y luego ve a comportante como un animalito". 


Por eso no me extraña la cantidad enorme de personas que visten y actúan exactamente igual esperando ser únicos. ¡Que paradoja!



Nada malo hay en vestir a la moda. Nada malo hay en tener actitud. Lo malo está en creer que la moda te hace único, que seguir a la manada te hace irrepetible. Eso es un engaño publicitario. Un engaño tan bien elaborado que lo encuentras en casi todo ámbito de cosas, ¡incluso dentro de las iglesias!. En realidad responde a cierta naturaleza humana de buscar "normalidad". Otras personas han descubierto esta verdad y deciden seguir el camino exactamente contrario y vestir del modo menos convencional que sea posible (yo mismo he sido de esta calaña) con tal de mantener cierta "individualidad" y demostrar de algún modo que no se dejan engañar tan fácilmente.


La individualidad es más que una forma de vestir, es más que una forma de hablar, es más que una forma de actuar. La individualidad es el origen de todas esas caracterícticas y muchas más. La verdadera individualidad se construye de adentro hacia afuera. No de afuera hacia adentro. Tu manera de vestir, actuar y comportante son un reflejo de tu individualidad, no al revés. La tenida no hace a la individualidad, la individualidad escoge a la tenida.


"De la abundacia del corazón habla la boca" (Mt 12:34 NVI)


Lo que tienes dentro se verá reflejado hacia afuera. Tu individualidad se verá reflejada en tu forma de ser. Si no eres auténtico, entonces usarás un disfraz, una careta para tratar de encajar. No es algo condenable, todos lo hemos hecho una y otra vez, lo importante es entender que no es necesario usar un disfraz para encajar, no es necesario vestirte de lo que pretendes ser, sino simplemente ser. El mejor disfraz que puedes usar es el disfraz de ti mismo.


Una vez un hombre estaba construyendo una máquina. La diseñó cuidadosamente y comenzó a construirla. Necesitaba una pieza especial que no tenía en su taller. Tomó todo lo necesario y fue al mercado persa. Recorrió con paciencia, buscando y mirando todo tipo de cachibaches. Algunas cosas llamaban su atencion, otras no. Sabía exactamente lo que necesitaba, asi que examinaba cuidadosamente aquellas piezas que podrian servirle. Buscó durante horas con paciencia, sabiendo que entre tanto cachibache iba a encontrar lo que buscaba. Hasta que la encontró. Ahi estaba en medio de un montón de cachibaches. Cubierta de polvo y grasa, un poco maltratada, pero era la pieza que estaba buscando. Sólo necesitaba un poco de limpieza, un pinchazo de soldadura, un poco de pintura.. y listo! No escatimó en gastos. Sabía exactamente el valor de lo que tenía en la mano. ¡Había recorrido todo el mercado buscando esa pieza! no la iba a dejar pasar. Pagó el precio gustosamente y se fue muy contento a su taller. Una vez en su taller, dedicó mucho tiempo a preparar con esmero la pieza. Primero la limpió y pulió cuidadosamente, luego limó algunas asperezas, luego soldó unas juntas quebradas, pulió nuevamente la soldadura, le dio una capa de antioxidante y luego la pintó cuidadosamente. Después de varios días, la pieza estaba perfecta. La montó en su máquina y listo!! La máquina estaba completa, la obra estaba perfecta, la pieza estaba en su lugar. De ahora en adelante sólo se podrían hacer mejoras.


Sólo alguien que sabe exactamente para lo que sirves puede valorarte, sólo alguien que conoce exactamente tu potencialidad es capaz de distinguirte en medio de un montón de cachibaches. Es capaz de pagar cualquier precio por ti sin escatimar, ya que sabes que eres único e irrepetible en todo el universo. Nunca ha existido y nunca habrá nadie como tú, Dios sabe exactamente quien eres y para que sirves y pagó un precio muy alto por ti. Eres valioso, aunque el mundo te diga lo contrario. Él ve lo más profundo de tu corazón, incluso aquello que no puedes ver por ti mismo. Aunque estés sucio y dañado por dentro o por fuera, el ve más allá de esa suciedad y te comprará a cualquier precio, te limpiará, te restaurará y te hará parte de su obra maestra, ¡porque tú eres exactamente lo que Él está buscando!.


"Quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a si mismo y se hizo obediente hasta la muerte ¡y muerte de cruz!" (Fil 2:6-8 NVI) 


El precio pagado es alto, pero a Él no le importa, tú lo vales.


No deberías esforzarte en ser distinto, porque ya lo eres. No deberías centrate en la belleza exterior, porque ya la tienes. Tu valor está incluso más allá de lo que eres, sino también en lo que llegarás a ser. No importa lo que te digan, tú eres valioso, no importa lo que hayas hecho, tú puedes ser restaurado, no importa tu baja autoestima, tú vales mucho.


¿Te das cuenta que el único precio por tu vida es otra vida? Dios mismo dio su vida como precio por ti, para sacarte de los cachibaches y llevarte a su taller donde te hará parte de su obra maestra. Eres la pieza precisa. Tienes un valor incalculable, que sólo Dios conoce, tienes un potencial tremendo que sólo Dios puede llevar al máximo. Tienes una utilidad desconocida que Dios le dará el lugar preciso... ¿es que no lo entiendes? ¡Tu vida es preciosa!



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