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jueves, 3 de octubre de 2013

El pecado: Un virus que se coló en la creación

NOTA: Este artículo es parte de un material de estudio para el grupo de pre adolescentes de la escuela dominical donde sirvo. Puede ser utilizado libremente mecionando el lugar de origen.


Mientras la evolución se esfuerza por explicar la diversidad de la vida en términos de mutaciones aleatorias y selección natural; cuando trata de utilizarse para explicar el comportamiento del ser humano muestra debilidades que de por si debieran ser suficientes para descartarla como una teoría válida.

El lenguaje evolutivo está lleno de términos ambiguos e imprecisos. Tomemos un ejemplo de wikipedia:
“La presencia de la regeneración en múltiples phyla animales así como la amplia presencia de la capacidad de regenerar el cuerpo completo en los linajes de metazoa basales, en varios phyla de lophotrochozoos y de deuterostomados nos llevan a pensar que el ancestro de los metazoos tenía una amplia capacidad de regeneración.1 La distribución filogenética de la regeneración también indica que esta capacidad se restringió y/o perdió en repetidos eventos. Existen varias hipótesis sobre el mantenimiento de la regeneración, la hipótesis adaptativa, la pleiotropía y la inercia filogenética.”  (fuente original)

Este lenguaje ambiguo es más característico de una doctrina filosófica que de una doctrina científica. No obstante, la teoría de la evolución de las especies por selección natural es aceptada y enseñada como una doctrina completamente científica, aún cuando su naturaleza no lo sea.

La ambigüedad característica de la evolución es utilizada astutamente para explicar características contradictorias en la naturaleza humana:

  • El ser humano es monógamo y fiel, de modo que el bebé cuenta con ambos progenitores para su cuidado y alimentación. Este rasgo surge en algún momento hace millones de años. Evolutivamente es ventajoso ya que asegura la conservación de la especie.
  • Los psicólogos evolucionistas aseguran que la promiscuidad es heredada de los antepasados cazadores-recolectores. La promiscuidad en el hombre aumenta la probabilidad de tener hijos, y por lo tanto, la aptitud evolutiva. La promiscuidad femenina es ventajosa porque las mujeres eligen a los padres para que sus hijos tengan los mejores genes.

Explicaciones similares se utilizan para explicar otros rasgos de la personalidad humana:

  • Generosidad y Egoísmo
  • Honestidad y Mentira
  • El cuidado al bebé y el aborto
  • La heterosexualidad y la homosexualidad.
  • Etc.

Cada una de estas características contradictorias son explicadas por la evolución como ventajosas para la “supervivencia del más apto”. Así, con tal de mantener la teoría viva; la evolución nos vuelve fieles a nuestra pareja como promiscuos y desinteresados por nuestros hijos. ¿extraño, no?

Si vemos las noticias, podemos llegar a pensar que una gran parte de la humanidad se ha vuelto loca. ¿Que ocurre? ¿Que nos lleva a tanta destrucción?

Un animal mata cuando tiene hambre. Quizá existan algunas excepciones. Pero un animal no destruye su entorno, ni contamina su ambiente, ni mata a sus semejantes por que si. Hay algo extraño en el comportamiento humano que no se explica simplemente con la teoría de la supervivencia del más fuerte.

Una madre que asesina a su bebé antes de nacer no es evolutivamente apta. Un hombre que insiste en intentar reproducirse con otro hombre no es evolutivamente apto. Un padre que abandona a su mujer y a sus hijos no es evolutivamente apto. Un hombre que asesina niños ajenos podría ser considerado “evolutivamente apto”, pero uno que asesina a sus propios hijos no. ¿que anda mal?

Cuando estudiamos a los seres vivos, nos damos cuenta que nuestras células se regeneran constantemente según su naturaleza. En teoría, debiésemos ser eternos ya que nuestro organismo (y el de plantas y animales) es capaz de auto-repararse y auto-construirse en base a las materias primas que se encuentran en la naturaleza.

¿Por que morimos?

Sabemos que hay un desgaste que provoca el envejecimiento. De hecho, en el extremo de nuestros cromosomas existen los llamados telómeros que actúan como un temporizador de la vida de la célula. Sabemos también de los radicales libres, la oxidación y una serie de factores que intervienen en el envejecimiento.

Sabemos más o menos cómo envejecemos, pero no sabemos por qué envejecemos. Pareciera como si viniésemos con una fecha de vencimiento que fue programada en nuestro ADN.

El ser humano posee un ansia de destrucción que no puede ser explicado en términos de azar y selección natural.

  • Destrucción del entorno
  • Destrucción de la naturaleza
  • Destrucción de sus congéneres
  • Destrucción de si mismo.
  • Al mismo tiempo que existe un impulso a la edificación, belleza y pacificación.

Y ese viejo e ignorado libro llamado la Biblia nos explica algunas cosas en términos simples, suficientes para entender la errática conducta humana.

  • La Biblia nos enseña que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, lo que explica nuestra creatividad, honestidad, altruismo, solidaridad, amor, apreciación por la belleza, ideales de justicia, etc.

“De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. Estos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues su propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan” (Romanos 2:14-15 NVI)

  • La Biblia nos enseña que algo entró a este mundo y alteró el orden de lo creado, trayendo muerte y destrucción a la creación de Dios.

“Dios el SEÑOR tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara, y le dio este mandamiento: 'Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.'” (Génesis 2:15-17 NVI)

“Por medio de un sólo hombre el pecado entró al mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.” (Romanos 5:12 NVI)

  • La Biblia nos enseña que tenemos una fecha de vencimiento.

“Pero el SEÑOR dijo: 'Mi espíritu no permanecerá en el ser humano para siempre, porque no es más que un simple mortal; por eso vivirá solamente ciento veinte años'” (Génesis 6:3 NVI)

(Sabemos que hay personas que viven 80 años, otras 100 años. La persona más longeva vivió 122 años y 164 días. . . ¿interesante, no?)

  • La Biblia reconoce y menciona un factor cultural que determina nuestra conducta y la coloca por encima de la naturaleza destructiva.

“Por tanto nadie será justificado en presencia de Dios por hacer la obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado (Romanos 3:20 NVI)

“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente” (Romanos 12:2 NVI)


  • La Biblia nos enseña que la naturaleza del hombre caído conduce a conductas auto destructivas y a la muerte.

“Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes la practican.” (Romanos 1:29-31 NVI)

“Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Romanos 6:23 NVI)

  • Cuando vemos a un joven aspirando humo tóxico y cancerígeno de un cigarro porque es “genial”.
  • Cuando vemos a un hombre asesinando a otro hombre para quitarle su sueldo.
  • Cuando vemos que niños mueren de hambre en un país, mientras en otro país los niños sufren de obesidad.
  • Cuando vemos a un dictador asesinando ya se de hambre o de balazos a su pueblo.
  • Cuando vemos a un hipócrita Barack Obama amenazando con guerra por 1500 gaseados, en pro de los derechos humanos; pero haciendo la vista gorda a 100.000 muertos por armas convencionales y por 300.000 abortados al año.
  • Cuando vemos a los accionistas de La Polar robando a sus clientes por medio de la usura.
  • Cuando vemos a una familia Luksic asquerosamente rica mientras sus trabajadores ganan sueldos miserables.
  • Cuando vemos a nuestras autoridades aceptando sobornos de empresarios.
  • Cuando vemos a senadores y diputados quebrantando las leyes que ellos mismos aprobaron.
  • Cuando vemos a los defensores de las ballenas marchando para asesinar a criaturas inocentes en el vientre de sus madres.
  • Cuando vemos a las empresas destruyendo el ambiente para no afectar sus utilidades.
  • Cuando vemos a supuestos “hombres de Dios” abusando de niños y/o robando a los fieles.

… entendemos que hay algo extraño en este mundo, como si un virus hubiera infectado el chip del ser humano y lo hubiese enloquecido al punto de no encontrar explicación lógica a la conducta errática y auto destructiva del hombre.

Eso... amigos míos, tiene un nombre. No es azar, ni necesidad, ni selección natural... se llama pecado.
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Actividades

1.- La destrucción de la obra de Dios.

  • Entregar a cada joven un poco de masa plasticina.
  • Pedirles que hagan alguna figura. No más de 5 minutos.
  • Luego pedir que la regalen a su compañero del lado.
  • Pedir que destruyan la obra de su compañero.
  • Tomar en cuenta las reacciones de quienes hicieron algo. Sobre todo las niñas.
  • Reflexión: Estamos destruyendo la creación de Dios. ¿como piensas que Dios se siente respecto a esto?
  • Reflexión: El regalo más precioso que Dios nos ha dado es nuestro cuerpo. No debemos destruirlo. El alcohol, las drogas, el sexo desenfrenado, la mala alimentación, el ir a exceso de velocidad... etc. Son acciones auto destructivas.

2.- La contaminación del pecado.

  • Llenar un recipiente grande y transparente con agua limpia (medio litro es suficiente).
  • Explicar que la creación en su origen era pura como el agua del recipiente.
  • Poner una gota de azul de metileno en el recipiente, explicando que el pecado entró al mundo.
  • Preguntar ¿sigue pura el agua?
  • Reflexión: Bastó un solo pecado (la desobediencia de Adán) para contaminar toda la creación.
  • Poner un poco más de azul de metileno en el agua. Mencionar un pecado por cada gota (mentir, robar, desobedecer, etc).
  • Agitar el líquido hasta que quede completamente oscuro.
  • Reflexión: Así somos nostros. Totalmente contaminados por el pecado.


NOTA: Si la situación lo amerita es un buen momento para introducir de forma simple el plan de salvación de Dios: Nuestro vaso de agua contaminada debemos entregárselo a Dios. ¿que hará Él? ¿que merecemos por nuestro pecados hechos a conciencia?... El plan de salvación es simple: Jesús se bebió el vaso de agua contaminada y en su lugar ofreció un vaso de agua pura a Dios. Dios lo acepta gustoso, como si fuera nuestro.

NOTA 2: No olvidar el principio de justicia de Dios. Aunque nos ama, es justo y no puede dejar su nuestro pecado sin castigo; va en contra de la ley que Él mismo estableció (Dios no es un diputado o senador). Por eso alguien debe pagar “los platos rotos”: Jesús.

viernes, 6 de septiembre de 2013

¿Evolución? . . . . ¡mis polainas!

NOTA: Este artículo es parte de un material de estudio para el grupo de pre adolescentes de la escuela dominical donde sirvo. Puede ser utilizado libremente mecionando el lugar de origen.

La historia dice más o menos así:

“Hace miles de millones de años, en algún lugar del planeta apareció una pequeña y solitaria célula.
No es que apareciera por arte de magia, sino que los líquidos que había en ese momento... por esas cosas de la vida.. se mezclaron en las proporciones justas para que se formara una célula.
Con el paso del tiempo esta célula creció y se dividió en dos células, pero una de las dos células resultó con un par de errores de copia, cosas de la vida.
Afortunadamente este error de copia le resultó útil a la nueva célula porque le permitía hacer algo que la primera célula no hacía y esto le permitió vivir por más tiempo.... cosas de la vida
Luego de miles de millones de años las descendientes de la célula superdotada gracias a sus errores de copia habían adquirido capacidades asombrosas como agruparse para formar un organismo más complejo como un pez. Ahora cada célula (siempre por casualidades de la vida) era capaz de hacer una tarea específica como obreros de una fábrica. . . .¡cosas de la vida!
Y así... tan tan.. luego de millones de años y errores de copias de diversa índole, los descendientes de esa célula mal copiada pero suertuda fueron a la luna, a marte y suben fotos a fecebook y se ríen viendo en youtbe videos de gatos mojados.... ¡que cosas de la vida! Lo que hacen los erores.”
No te rías: La mayor parte de las personas de occidente creen en esto. A tal punto que si no eres de los que creen, en el mejor de los casos se burlarán de ti tratándote de estúpido, ignorante, fanático religioso; y en el peor de los casos podrías perder becas universitarias, fondos concursables de investigación, trabajo, posibilidades de trabajar en ciertos medios... en fin.

La teoría de la evolución intenta explicar nuestro origen en base a dos “fuerzas”:
  • Azar (es decir que las cosas ocurren porque sí)
  • Selección Natural (el más fuerte sobrevive)
El azar explica que las cosas simplemente “aparecen”. De hecho, todas las variaciones que hay en la naturaleza la evolución las explica por azar:
  • ¿Por que tenemos pelo?
  • ¿Por que tenemos ojos?
  • ¿Por que no tenemos alas?
  • ¿Por que no podemos respirar debajo del agua?
  • ¿Por que si podemos respirar fuera del agua?
Según la evolución todas estas cosas ocurren ¡por azar! ¡porque si!

La Selección Natural explica cómo se conservan las características nuevas de la siguiente manera:

“Esta nueva característica surgida por azar ¿sirve? . . . si es así se conserva, si no se elimina” . . . Ahora bien, la selección natural no persigue un propósito ya que es un proceso, no una inteligencia.

Por ejemplo:

Supongamos que a un animalito le aparece por azar la capacidad de tener alas y volar. Estas alas le ayudan a escapar de sus enemigos. Como puede escapar de sus enemigos, tendrá mas hijos ya que sus enemigos se comieron a sus hermanos sin alas mientras él volaba por los aires. Ahora sus hijos también tendrán alas.

Para que la Selección Natural funcione, las nuevas características deben traspasarse a los hijos, es decir; debe haber reproducción.

Ah! y lo más importante... todo esto debe ocurrir poco a poco .. durante millones y millones de años.

¿Suena lógico, cierto?. . . de hecho millones de personas lo creen y si tu no lo crees te tratarán de ignorante y religioso.

Bien, hagamos unas preguntas simples:

¿Cómo llega a ser la primera célula? . . . ¿en que momento el revoltijo de líquidos se transforma en algo vivo?

Si la única forma de que una característica se conserve es que la hereden los hijos... y las características se obtienen gradualmente...

¿Cómo pudo actuar la selección natural en una célula que aún no se puede reproducir para que adquiera la capacidad de reproducirse? . . . es el problema del huevo y la gallina . . .

Si lees con cuidado tus libros de estudio, verás que el lenguaje evolucionista está lleno de términos como “apareció”, “surgió”, “emergió” y similares..

Por otro lado. La evolución es superficial al explicar las funciones de un organismo.

Por ejemplo: La evolución dice que hace millones de años a los dinosaurios les crecieron plumas y con el paso de millones de años aprendieron a volar y se convirtieron en pájaros.

Pero para volar se necesita mucho mas que plumas: Se necesitan alas fuertes, músculos especializados, coordinación cerebral, capacidad de orientación, una vista aguda, pulmones especializados... ¡y varios tipos de plumas diferentes entre otras cosas!... Todas ellas sincronizadas y preparadas para trabajar en conjunto y complementarse.

En síntesis: La vida es mucho, mucho más compleja de lo que parece.

En tiempos de Darwin, una célula vista al microscopio se veía como una bolita gelatinosa. Se creía que dentro de esta bolita ocurrían reacciones químicas más o menos complejas que algún día se podrían explicar.

Hoy, gracias a los microscopios electrónicos sabemos que una célula es tanto o más compleja que ¡una ciudad!

Dentro de una célula existen redes de alimentación, de distribución, de retiro de desechos, centrales de reparación de piezas, otras de fabricación y miles de pequeñas máquinas moleculares maravillosamente coordinadas.

Dicho de otro modo: En tiempos de Darwin se pensaba que dentro de la célula había una especie de sopa. Hoy se sabe que en realidad dentro de la célula hay algo más parecido a Manhattan o París.

Una sopa de líquidos revueltos es muy fácil que ocurra por azar. Una ciudad no.

Estamos hablando de una estructura organizada, compleja, exclusiva y los más importante de todo: con un propósito.

Y si vamos caminando por la calle y de pronto encontramos algo complejo, organizado y con utilidad (o propósito) . . . ¿que podemos concluir?
  • A: Apareció nomás. Cosas de la vida.
  • B: Alguien lo diseño y construyó deliberadamente.
Estas tres características juntas: complejidad, propósito y exclusividad delatan inmediatamente un origen especial: una inteligencia.

Si fuéramos de excursión a la montaña y en medio de un valle totalmente solitario encontramos una casita de madera con dos puertas, un par de ventanas, una chimenea y algunos muebles en su interior. ¿Qué podemos observar?
  1. Es compleja. La madera está organizada de tal forma que tenemos una estructura sólida y bien formada. Las puertas funcionan bien. Los muebles son rústicos pero cómodos. Hay habitaciones y la chimenea esta puesta de tal forma que impide que el fuego se propague a la casa.
  2. Es exclusiva: No hay otra en medio del valle.
  3. Tiene un propósito. Claramente tiene una utilidad práctica: Sirve de refugio en medio de la montaña.
¿Que concluimos? ¡Alguien la diseño y la construyó!

Ser evolucionista equivale a decir algo así: Los troncos por azar se agruparon. Al cabo del tiempo los troncos que servían de algo se conservaron mientras los demás fueron llevados por la corriente y blah blah blah

¡Las cosas no ocurren porque si! ¡Todo tiene un origen! ¡Todo tiene una causa y un efecto!

Somos seres complejos, organizados, improbables.

Nuestro planeta es complejo, organizado improbable.

Nuestro sistema solar es complejo, organizado, improbable.

Nuestra galaxia es compleja, organizada, improbable.

Nuestro universo es complejo, organizado, improbable.

¡Todo se rige por leyes y principios! ¡No existe universo sin ley!

Un viejo, ignorado y vilipendiado libro nos dice que alguien creó todas las cosas y dice que las creó con sabiduría.

La Biblia, ese libro ignorado, nos habla de la identidad de alguien con la suficiente sabiduría para diseñar un sistema exquisito, complejo, hermoso


“¡Oh Señor, cuán numerosas son tus obras! 
¡Todas ellas las hiciste con sabiduría!
¡Rebosa la tierra con todas tus criaturas!” (Salmos 104:24)

Mientras más avanza la ciencia, más nos damos cuenta de lo compleja que es la vida, de la precisión con que están regulados los procesos. Todo gobernado por un lenguaje escrito en el ADN dentro de cada célula.

Cuando se analizan las evidencias... no hay espacio para el azar. Una explosión en una imprenta no produce una enciclopedia. Una mente brillante si.


--- Actividades de Grupo ---

La idea es que el lider o maestro estudie este material (y profundice mucho más ya este material no es suficiente), para luego realizar un par de actividades de apoyo para presentar la idea.

Nota importante: El objetivo es llevar a los jóvenes a reflexionaranalizar las ideas propuestas para que, haciendo uso de su libre albedrío, tomen una decisión. Nosotros no estamos para imponer ideas, sino para predicar el evangelio. Que cada quien lo acepte según el llamado de Dios.

1.- La complejidad del ADN (Se requieren letras de fideos para sopa)

  • Entregar a cada joven un peqeño puñado de letras de fideos.
  • Pedir a cada joven que escriba algunas palabras, nombres de animales, personas, etc.
  • Preguntar: ¿que se necesitó para escribir los nombres?  (Poner las letras en orden correcto).
  • Tomar un puñado de letras entre las dos manos, agitarlas y dejarlas caer sobre la mesa. Explicar a los jóvenes que esto es azar.
  • Reflexión: ¿se puede escribir el nombre de un animal dejando caer las letras al azar?
  • Reflexión: ¿cuál es la diferencia entre el orden y el azar?
  • Reflexión: Si quisiera escribir un mensaje complejo, por ejemplo las instrucciones para preparar un plato de spaghetti ¿qué método escogería?
A continuación explicar cómo el ADN contiene millones de instrucciones claras y precisas del tipo “generar la proteína X”, “enviar el CO2 a tal lugar”, color de ojos, posición de los órganos, etc.

Aún si pudiéramos formar palabras simples sólo por azar ¿de donde vinieron las letras?

Leer algunos salmos donde se habla de lo maravilloso que es el organismo (Ej: Salmo 139:14)

2.- La complejidad del organismo (Se requiere un telefono celular al que se pueda extraer la batería, la carcasa y la tarjeta SIM)
  • Desarmar el teléfono celular, separando la batería, SIM, carcasa y todo lo que se pueda extraer y volver a montar fácilmente.
  • Dividir la clase en tantos grupos como piezas del celular hayan quedado.
  • Entregar a cada grupo la pieza del celular.
  • Pedir a cada grupo que haga una llamada telefónica sólo con el trozo de celular que cada grupo tiene.
  • Luego volver a armar el celular y hacer la llamada.
  • Preguntas
  • ¿Sirve que un órgano este sólo?
  • ¿Sirven las alas sin los músculos que las mueven?
  • ¿Sirven los ojos sin el cerebro que procesa las imágenes?
  • ¿Sirven los pulmones si no hay tráquea?
  • ¿Sirve el estómago si no hay boca?
NOTA: Esta actividad también sirve para ilustrar la unidad de la iglesia como cuerpo.

3.- La belleza del mundo (Se requieren bombones o chocolates, uno por joven)
  • Repartir chocolates.
  • Comerlos, saborearlos lentamente, disfrutarlos.
  • Preguntas:
  • ¿por que lo disfrutamos?
  • ¿por que nos gusta la playa, el campo, la montaña?
  • ¿por que encontramos linda la puesta de sol?
  • ¿por que las cosas además de verlas, las disfrutamos?
  • Reflexión: El mundo fue hecho para ser disfrutado. Si fuera por azar, las cosas serían deformes y “sin gracia”. Sin embargo toda la naturaleza está llena de hermosura. 
  • Leer algunos salmos donde se exalta la belleza de la creación.

Información útil (muy documentada) puede encontrarse acáacá


---Material Adicional---

Este es un excelente documental que recomiendo ver:



Y aqui hay otro más:


lunes, 22 de abril de 2013

¿Es verdad que sólo podemos congregarnos el sábado?

“Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones. El que le da importancia especial a cierto día, lo hace para el Señor. El que come de todo, come para el Señor y lo demuestra dándole gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y también da gracias a Dios.” (Romanos 14:5-6 NVI)
Tal como dice Pablo en su carta a los cristianos de Roma, hay personas que dan más importancia a unos días que a otros. Hay personas que dan especial importancia al día Sábado, reservándolo como día de culto (es decir el día en que “se va a la iglesia”).

No hay nada de malo en eso. Hay iglesias que también hacen culto a mediado de semana, ya sea día miércoles o jueves, algunas también tienen culto el día viernes, lo que es muy bueno ya que hay personas que trabajan los fines de semana y así pueden asistir al culto.

Lo triste, es que hay personas e instituciones religiosas completas que consideran que el sábado es el único día válido para el culto, calificando a las personas que celebran el culto otro día como “apóstatas”, “paganos”, “perdidos”, “condenados al infierno”, etc...

Hay una característica común de estos grupos que llama mi atención y considero que debe ser examinada con sumo cuidado. Ellos dicen: “si no adoras el día sábado, no eres salvo”. ¡Cuidado!

Ésta es una declaración sumamente delicada. Uno puede aceptar que celebren el culto tal o cual día, porque lo hacen para Dios, y eso está bien. Pero declarar abiertamente que la salvación de una persona está sujeta a celebrar el culto tal o cual día no está para nada bien.

La decisión de celebrar el culto el día sábado se basa en dos premisas principales:

1. Dios apartó el séptimo día para sí (sábado) y luego estableció en la Ley que ese día debía ser guardado:

“Al llegar el séptimo día, Dios descansó porque había terminado la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó, porque en ese día descansó de su obra creadora.” (Génesis 2:2-3 NVI)
“Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al SEÑOR tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Acuérdate de que en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el SEÑOR bendijo y consagró el día de reposo.” (Éxodo 20:8-11 NVI)
2. Jesús se reunía en la sinagoga el día sábado a enseñar y predicar:

 “(Jesús) Fue a Nazaret, donde se había criado, y un sábado entró a la sinagoga, como era su costumbre.” (Lucas 4:16a NVI, paréntesis agregado)
“Jesús pasó a Capernaúm, un pueblo de Galilea, y el día sábado enseñaba a la gente.” (Lucas 4:31 NVI) 
“Otro sábado (Jesús) entró en la sinagoga y comenzó a enseñar.” (Lucas 6:6 NVI, paréntesis agregado) 
El razonamiento es más o menos así: “Los diez mandamientos dicen que debo guardar el sábado. Jesús predicaba los sábados. Por lo tanto debemos celebrar el culto el sábado.” 

No hay problema alguno en ese razonamiento, según Romanos 14. Creo que es una buena forma de honrar a Dios y de recordar a Jesús. No obstante hay un problema adicional y es el siguiente.


Las personas (y/o religiones) que practican el razonamiento anteriormente mencionado también dicen: “Si no celebras el culto el sábado, no estas guardando el sábado, por lo tanto has quebrantado la ley e irás al infierno”


Y esa es una declaración: falsa, mal informada, peligrosa y esclavizante.

Falsa: El guardar la ley no nos hace salvos. Es la fe en Jesucristo la que nos hace salvos:

“Nosotros somos judíos de nacimiento y no pecadores paganos. Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por éstas nadie será justificado.” (Gálatas 2:15-16 NVI)
“No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en vano.” (Gálatas 2:21 NVI)
“Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige.” (Romanos 3:28 NVI) 
“Ésta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.” (Romanos 10:9 NVI) 
Mal informada: En el quinto mandamiento, Dios estableció que el sábado sería un día de reposo para honrar al Señor y para recordar que en seis días había creado los cielos y la tierra. En ninguna parte dice que sería un “día de reunión” ni un día de culto. El sábado se establece como un día de reposo.

Tú puedes decir, "pero Jesús iba a la sinagoga el día sábado". Pero si buscas en el Antiguo Testamento la palabra “sinagoga” ¡no la encontrarás!. Las sinagogas sólo son mencionadas en el Nuevo Testamento.

Las sinagogas hicieron su aparición durante el cautiverio en Babilonia (muchos, muchos años después de que Dios entregó la Ley a Moisés) debido principalmente a la necesidad de un centro de instrucción y culto (el Templo estaba en ruinas). Luego del retorno de la cautividad, las sinagogas siguieron manteniendo su papel como centros para la instrucción.

La reunión en la sinagoga se estableció como una tradición humana, que sentó las bases de la futura Iglesia, pero nunca fue ordenada por Dios, menos aún el día sábado. No hay problema alguno en que exista esta tradición, el problema esta cuando a la tradición se le da el mismo peso que la Ley.

“Él les contestó:
-Tenía razón Isaías cuando profetizó acerca de ustedes, hipócritas, según está escrito:
'Este pueblo me honra de labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas.'
Ustedes han desechado los mandamientos divinos y se aferran a las tradiciones humanas.” (Marcos 7:6-8 NVI)
“Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo.” (Colosenses 2:8 NVI)
Jesús no tuvo problemas con la tradición de asistir a la sinagoga el día sábado, lo que nos demuestra que no hay nada de malo en esta tradición, pero si enfrentó de lleno a los fariseos que daban a esta tradición el mismo peso que a la Ley.

Peligrosa: Muchas personas creen con toda sinceridad que “obedeciendo los mandamientos” serán salvos. Muchas personas creen que están justificadas delante de Dios por el hecho de celebrar el culto el día sábado. Muchas personas no logran dimensionar el sacrificio de Cristo y creen que se necesita algo más.

Nada de lo que hagamos puede perfeccionar el sacrifico de Cristo. Es imposible, porque Jesús se presentó como sacrificio perfecto. No podemos mejorar la perfección. Los cristianos de Galacia intentaron hacerlo y mira lo que les dijo Pablo:

“¡Gálatas torpes! ¿Quién los ha hechizado a ustedes, ante quienes Jesucristo crucificado ha sido presentado tan claramente? Sólo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje? ¿Tan torpes son? Después de haber comenzado con el Espíritu, ¿pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos? ¿Tanto sufrir para nada?¡Si es que de veras fue para nada!” (Gálatas 3:1-4 NVI)

Al creer que las obras de la ley nos justifican delante de Dios, estamos despreciando a Cristo, estamos haciendo a un lado la sangre ofrecida en la cruz y estamos declarando con nuestra actitud que podemos ser salvos sólo con nuestras obras.

“Todos los que viven por las obras de la ley están bajo maldición, porque está escrito: <<Maldito sea quien no practique fielmente todo lo que está escrito en el libro de la ley>>. Ahora bien, es evidente que por la ley nadie es justificado delante de Dios, porque <<el justo vivirá por la fe>>” (Gálatas 3:10-11 NVI)

Mi pregunta es esta: ¿estás despreciando a Cristo? ¿crees que su sacrificio no fue suficiente? ¿crees que tus acciones serán las que completen la obra de Cristo?

“El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió.” (Juan 5:23b NVI) 

Esclavizante: Hay personas que han perdido el trabajo por asistir al culto el sábado. Hay personas que han dejado de lado a familiares por asistir al culto el sábado. Hay personas que no pueden tomarse vacaciones para no dejar de aisistir al culto el sábado.

¡Y no están honrando a Dios! ¡No están amando más a Jesús que a su trabajo y/o familiares! ¡Están despreciando la sangre de Cristo! Al creer que están agradando a Dios por el hecho de cumplir con el culto del sábado le están gritando en la cara a Jesús: “¡Tu sacrificio no fue suficiente!”

¡Eso se llama esclavitud! Obligar a una persona a cumplir con cierto rito bajo pena de “ir al infierno” es esclavizante y humillante. Jesús compró nuestra libertad con su sangre. Ese es el centro del Evangelio.

“Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendientes por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz. Desarmó a los poderes y a las potestades, y por medio de Cristo los humilló en público al exhibirlos en su desfile triunfal.
Así que nadie los juzgue a ustedes, por lo que comen o beben, o con respecto a los días de fiesta religiosa, de luna nueva o de reposo. Todo esto es una sombra de las cosas que están por venir; la realidad se halla en Cristo. No dejen que les prive de esa realidad ninguno de esos que se afanan en fingir humildad y adoración de ángeles.” (Colosenses 2:13b-18a NVI)

Conclusión

En tiempos de Jesús, los fariseos tenían el mismo modus operandi. Vivían atentos al cumplimiento de una serie de requisitos que ellos mismos se habían inventado con respecto a la adoración a Dios. Jesús les dijo:

“¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Recorren tierra y mar para ganar un sólo adepto, y cuando lo han logrado lo hacen dos veces más merecedor del infierno que ustedes.” (Mateo 23:15 NVI)
“¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán ustedes de la condenación del infierno? (Mateo 23:33 NVI) 
Este es el típico proceder de los religiosos que desprecian la sangre de Cristo. Como no les parece sufiente lo que Jesús hizo en la cruz por ellos, insisten en agregarle algo más: "Ven sólo a nuestra iglesia", "Vístete sólo de tal forma", "No debes comer tal cosa", "Debes guardar el sábado", "Debes diezmar", "Sólo puedes leer lo que te digamos" . . . etc.. etc.. etc... 


Nada de lo que hagamos puede ser añadido a la obra de Cristo. Nada de lo que hagamos mejorará el sacrificio de Cristo. Ninguna de nuestras tradiciones puede perfeccionar lo que Dios ha hecho por nosotros. Jamás podremos comprar a Dios con nuestros actos ni con nuestra mal llamada “santidad”. Si despreciamos la Cruz de Cristo, no tenemos más que hacer. Si piensas que tus obras son imprescindibles para ser salvo, piensa esto: ¿para qué murió Jesús?

Recomiendo leer: Mateo 22, Isaías 1, Lucas (completo), Romanos (completo), Gálatas (completo), Colosenses (completo).

viernes, 12 de abril de 2013

Saliendo de Egipto

Todos tenemos un propósito en esta vida. No estamos aquí por azar como dicen algunos que se hacen llamar “sabios”. Tú, que lees esto, debes saber que Dios ha escrito un destino para ti, sin importar las circunstancias que te trajeron a este mundo, tomar ese destino perfecto y hacerlo real depende de tu decisión.

“Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito de muchos hermanos.” (Romanos 8:29)

Tomemos la historia de Moisés. Después de que Jacob se estableció con sus hijos en Egipto durante los 7 años de hambre, los israelitas comenzaron a crecer y a multiplicarse. Cuatrocientos años después de la llegada de los israelitas a Egipto, el escenario había cambiado. Los faraones habían olvidado a José y comenzaron a ver a los israelitas como una amenaza para su existencia nacional. Por lo tanto, decidieron someterlos a la esclavitud a fin de disminuir su poderío.

“Murieron José y sus hermanos y toda aquella generación. Sin embargo, los israelitas tuvieron muchos hijos, y a tal grado se multiplicaron que fueron haciéndose más y más poderosos. El país se fue llenando de ellos.
Pero llegó al poder en Egipto otro rey que no había conocido a José, y le dijo a su pueblo: <<¡Cuidado con los israelitas, que ya son más fuertes y numerosos que nosotros! Vamos a tener que manejarlos con mucha astucia; de lo contrario, seguirán aumentando y, si estalla una guerra, se unirán a nuestros enemigos, nos combatirán y se irán del país.>>
Fue así como los egipcios pusieron capataces para que oprimieran a los israelitas. Les impusieron trabajos forzados, tales como los de edificar para el faraón las ciudades de almacenaje de Pitón y Ramsés. Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y se extendían, de modo que los egipcios llegaron a tenerles miedo; por eso les imponían trabajos pesados y los trataban con crueldad.” (Éxodo 1:6-12 NVI)
No contento con eso, el faraón dio la orden de que todos los recién nacidos varones del pueblo de Israel fuesen eliminados. Fue durante este genocidio que nació Moisés. Temiendo que el niño fuera asesinado, su madre lo ocultó por un período de tres meses, hasta que ya no pudo más. Luego ideó la estratagema de poner al niño en una cesta de papiro impermeabilizada y esperar.

Quiero hacer un alto aquí, y llamar la atención de un punto. ¿confías en Dios? Muchas veces uno quiere tener el control de todo, pero hay casos en que se deben dejas las cosas a un lado y confiar en Dios. Si realmente creemos que Él tiene la situación bajo su control, debemos tener la disposición de hacernos a un lado y permitir que sea Él quien dirija el desarrollo de las cosas.

Moisés creció y fue entregado a la hija del faraón. De este modo fue educado en los estándares reales del Egipto, por lo que debe haber sido un hombre muy instruido y culto. No obstante, a pesar de su instrucción, no olvidó de donde venía.

  • ¿Has llegado alto?
  • ¿Has olvidado de donde vienes?
No importa cuán peligroso sea el entorno. Moisés nació en medio de un genocidio, pero Dios tenía planes para su vida y siempre lo cuidó.

Moisés no olvidó su origen y siempre vio a los israelitas como sus hermanos.

Se dice que un hombre, donde ve una necesidad debe ver un llamado. Con mayor razón aún, si creemos en Cristo, ahí donde vemos necesidad debemos ver un llamado. En lugar de quejarse y decir “Que alguien arregle eso”, debemos subirnos las mangas y ponernos a trabajar.

Y eso fue lo que hizo Moisés. Al ver la opresión de su pueblo, sintió en su corazón que debía hacer algo. Pero en este punto siempre hay dos caminos: El que se hace con nuestras propias fuerzas, y el que se hace con las fuerzas de Dios.

“No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu -dice el SEÑOR todopoderoso-” (Zacarías 4:6b NVI)
Moisés primero comenzó con sus propias fuerzas, y terminó huyendo al desierto. Tendría que pasar un largo proceso para que volviera a presentarse ante el faraón para liberar, esta vez, de forma definitiva a su pueblo.

Quiero enfocarme por un minuto en esto: ¿Cuántas veces hemos intentado hacer algo por nuestra propia fuerza?

Me atrevería a decir que la mayoría de las veces. Pero cuando Dios hace las cosas por medio de su Espíritu, debemos prepararnos para que todo se haga más lentamente. No a nuestra pinta, sino en los tiempos de Dios. ¿Por qué es así? ¡porque Él conoce todo! Nos conoce tan bien que primero debe tratar con nuestro carácter y con las circunstancias a nuestro alrededor.

Y fue en medio del desierto donde Moisés fue preparado. Tuvieron que pasar largos 40 años antes de que Dios le diera la orden directa de ir a buscar a Su pueblo. El desierto siempre es un lugar de preparación. Seco, duro, árido, pero es el lugar donde Dios moldea nuestro carácter para que hagamos la obra perfecta conforme a sus planes.

Cuando Dios traza un propósito para nuestra vida, tenemos dos opciones: O nos hacemos los desentendidos, o nos inclinamos para hacer su voluntad. Esto no es arbitrario ni por capricho. Dios sabe con quiénes te has de enfrentar y debe prepararte. Cuando Él traza el plan, siempre estarás bajo su cuidado, Él te protegerá.

Cuando Moisés se presentó ante faraón, era otro hombre. Dios lo había moldeado en el desierto y entrenado como líder político, religioso y militar para guiar a la nueva nación.

Durante mucho tiempo me pregunté por qué Dios necesitó asolar a Egipto con plagas y gran despliegue de fuerza para sacar a Israel de ahí. Hoy he entendido que en ese momento los israelitas no conocían a Dios. Vivían como esclavos en medio de un país politeísta con dioses falsos. Necesitaban conocer al verdadero Dios viviente para así entender que realmente iban tras alguien verdadero.

Fue en este instante donde Dios dejó en claro no sólo el pacto por el cual sacaría a Israel de Egipto, sino que también envió una poderosa señal para nosotros: El cordero sacrificado, con cuya cuya sangre se pintaría el marco de la puerta de cada casa de Israel. El ángel de la muerte pasó por Egipto, pero no entró a las casas que tenían la sangre del cordero. ¡Que imagen más clara de la obra de Cristo! Es el mismo cordero que Dios proveyó a Abraham en el monte. Y hoy, cubiertos por la sangre de Cristo, tenemos seguridad que la muerte pasará junto a nosotros, pero no nos retendrá.

Dios marchó al frente de su pueblo. Abrió el mar, y ahogó al enemigo que perseguía a su pueblo. ¡Dios mismo, en persona guiaba a su pueblo! Del mismo modo que los israelitas tenían frente a ellos la columna de nube y la columna de fuego, hoy tenemos el antiguo testamento y el nuevo testamento. Dios ha plantado estas columnas en nuestra mente y en nuestro corazón para que sigamos por el camino que Él nos ha preparado.

“Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con la casa de Israel -dice el SEÑOR-: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.” (Hebreos 8:10 NVI)
 El viaje no estuvo exento de dificultades, ¿sabes? Pero Dios siempre estuvo atento a su pueblo y cuidó de él. Así como Moisés fue salvado en el Nilo, Israel fue salvado en el mar Rojo, así también tu estás bajo el cuidado del Fuerte, del Eterno.

“El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso.
Yo le digo al SEÑOR: 'Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío'.
Sólo el puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio” (Salmo 91: 1 - 4)

viernes, 22 de febrero de 2013

Deshaciéndonos de la Grasa.

"Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él" (Lucas 18:17 NVI)
"Mientras más sabiduría, mas problemas; mientras más se sabe, más se sufre" (Eclesiastés 1:18 NVI) 

Las palabras de Jesús en Lucas 18:17 no tenían especial significado para mí, en realidad eran uno de esos versículos que uno simplemente lee, pero nada más.

Durante el año pasado, trabajé con los niños de la iglesia a la que asisto y recién entonces vine a comprender la "Fe de niño": Ellos simplemente creen.

Es así de simple. Nosotros sometemos todo al análisis: que la exégesis, que el griego, que la iglesia de la otra esquina, que el papa, que la tradición, que el pastor, que el hermano tanto, que la ciencia, que el history channel, que el canon ya está cerrado, que el calentamiento global, que la telenovela....  y así quedamos con la cabeza revuelta y nuestra fe por el suelo.

¡Y nadie nos manda! . . . solitos nos "calentamos la cabeza" -como decimos en Chile- y, como se dice tradicionalmente, "nos perdemos la bendición".

Hace un par de semanas atrás me hice un examen rápido de grasa corporal. Resulta que soy delgado, pero debido a que soy un hombre de libros (es decir, sedentario), mi nivel de grasa corporal está "un poco sobre lo normal".

Cuando uno tiene mucha grasa en el cuerpo, se pone lento, pesado, se pierde la agilidad y todo da flojera. Con mi esposa hemos tomado la determinación de hacer un poco más de actividad física (créanme que es un gran esfuerzo para nosotros), a fin de ganar algo de ánimo y agilidad.

"El oferente presentará al SEÑOR, como ofrenda por fuego, las siguientes partes del animal: la grasa, que recubre los intestinos y la que se adhiere a éstos, los dos riñones y la grasa que los recubre, la grasa que recubre los lomos, y también el lóbulo del hígado, el cual se extraerá junto con los riñones. Entonces el sacerdote quemará todo esto en el altar. Es una comida, una ofrenda presentada por fuego de aroma grato. Toda la grasa pertenece al SEÑOR." (Levítico 3:14-16 NVI, énfasis añadido)
Lo maravilloso de la Biblia, es que la podemos leer en un plano físico: Es sano no comer grasa. También la podemos leer en un plano espiritual: Hay que deshacerse de la grasa espiritual. Es decir, de todas aquellas cosas que nos ponen lentos y pesados; y que al final impiden que recibamos el reino de Dios como niños.

La pregunta es entonces: ¿cuál es mi grasa espiritual? En Levítico leemos que a lo menos hay 3 tipos de grasas distintas. Deduzco por lo tanto, que para el espíritu hay distintos tipos de grasa.

Creo que cada uno de nosotros tiene impedimentos y trabas que hacen que nuestra fe sea lenta, pesada y compleja; todo lo contrario a la fe de un niño que es ágil, ligera y simple.

Un atleta es rápido porque se ejercita. Un informático es lento porque es sedentario. ¿Cómo está el sedentarismo espiritual? ¿oramos? ¿leemos la Biblia? ¿hablamos con Dios? ¿le ofrecemos nuestra grasa?

Sabemos que Jesús es nuestro sacerdote, así que ¿por qué no presentarle nuestra grasa espiritual para que él la queme en el altar del cielo?

Si entregamos las cargas e impedimentos que entorpecen nuestra fe, entonces Él quemará todas esas cosas. De hecho, debemos hacerlo, ya que toda la grasa pertenece al Señor.

Por lo tanto, debemos deshacernos de todo el caldo de cabeza, sujetando y tomando autoridad sobre nuestros pensamientos; llevando todas las veces que sea necesario nuestros recuerdos, nuestros prejuicios, nuestra experiencia, nuestros malos momentos, nuestras dudas y temores, ante Jesús.

"Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo" (2 corintios 10:5 NVI)

Complementariamente, debemos ejercitarnos espiritualmente: Orar, leer la Blblia, meditar la Bibliavivir la Palabra, predicar el evangelio, hablar de Dios con nuestros amigos, alabar, asistir al culto, pensar menos en la gente y más en Jesús.

Hace poco tiempo atrás decidí hacer esto: cada vez que viene a mi mente un pensamiento o recuerdo que sé que impide que mi fe sea como la de un niño, hago esta oración: "Jesús, te entrego este pensamiento para que lo quemes en el altar. Sácalo de mi cabeza y llévatelo de acá" y luego obligo a mi dura cabeza a llevar los pensamientos en otra dirección. Es un ejercicio difícil al comienzo, pero con el tiempo se ha ido tornando más fácil.

También trato de orar en todo tiempo. El viaje en la mañana a la oficina es un excelente momento para hablar con el Padre. De hecho este artículo lo escribí a partir de la conversación de hoy. La oración hay que llevarla al siguiente nivel: Debe ser contínua, del mismo modo que la adoración... Créeme que cuesta, pero se puede.

Te animo a deshacerte de tu grasa espiritual. Entrega tu grasa a Jesús para que la queme, todas las veces que sea necesario. Créeme que Jesús lo hará siempre que se lo pidas.

"No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús." (Filipenses 4:6-7 NVI, énfasis añadido)

lunes, 18 de febrero de 2013

Que vida mas grata!

Creo que no hay nada más grato que caminar por la vida con la seguridad de que las cosas están y estarán bien.

Con mi esposa tenemos esa paz de saber que aunque el cielo tenga nubarrones, al final es Dios quien tiene el control de las cosas y que, aunque a veces parezca que estamos en un callejón sin salida, Él siempre abre una puerta que nadie puede cerrar.

Podemos caminar con seguridad, sabemos que Él nos cuida como si fuéramos la parte blanca de su ojo y que aunque muriéramos estaremos con Él, en su justicia y su reino.

En este mundo de tiranos, de delincuentes, de opresión, de locura materialista, de crisis económica e incertidumbre política, da gusto poder caminar todos los días con una sonrisa, sabiendo que desde que entregamos nuestras vidas a Jesús, tenemos todo garantizado tanto en esta vida como en la venidera.

"El que habita al abrigo del altísimo
y se acoge a la sombra del Omnipotente,
dice al Señor: 'Tú eres mi esperanza, mi Dios,
¡el castillo en que pongo mi confianza!'

El Señor te librará de las trampas del cazador;
te librará de la peste destructora.
El Señor te cubrirá con sus plumas,
y vivirá seguro debajo de sus alas.
¡Su verdad es un escudo protector!

No tendrás temor de los terrores nocturnos,
ni de las flechas lanzadas de día;
no temerás a la peste que ronda la oscuridad,
ni a la mortandad que destruye a pleno sol.

A tu izquierda caerán mil,
y a tu derecha caerán diez mil,
pero a ti no te alcanzará la mortandad.
¡Tú lo verás con tus propios ojos!
¡Tú verás a los impíos recibir su merecido!

Por haber puesto al Señor por tu esperanza,
por poner al Altísimo como tu protector,
no te sobrevendrá ningún mal,
ni plaga alguna tocará tu casa.

El Señor mandará a sus ángeles a ti,
para que te cuiden en todos tus caminos.
Ellos te llevarán en sus brazos,
y no tropezarán tus pies con ninguna piedra.
Aplastarás leones y víboras;
¡pondrás tu pie sobre leones y serpientes!

'Yo lo pondré a salvo, porque él me ama.
Lo enalteceré, porque él conoce mi nombre.
Él me invocará, y yo le responderé;
estaré con él en medio de la angustia.
Yo lo pondré a salvo y lo glorificaré.
Le concederé muchos años de vida, 
y le daré a conocer mi salvación'"  (Salmo 91, RVC)


lunes, 21 de enero de 2013

¿Puede un homosexual ir al cielo?

Ésta es una de esas preguntas capciosas que irritan a algunos y sonrojan a otros para terminar generando acaloradas discusiones que traen mucho ruido y pocas nueces.

No podemos dar respuesta a esta pregunta sin ir a la Biblia. Podemos tener muchas opiniones honestas y sinceras, bien o mal intencionadas, pero la respuesta definitiva está sólo en la Biblia.

Primero que nada, veamos a quiénes considera la Biblia como pecadores, es decir, aquellos que no pueden entrar "al cielo":

"Desde el cielo, Dios contempla a los mortales, para ver si hay alguien que sea sensato y busque a Dios. Pero todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno sólo!" (Salmos 53:2-3 NVI)
"Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios" (Romanos 3:23 NVI)
"Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento" (Isaías 64:6 NVI) 

Un problema grave es el siguiente: Hay personas que creyéndose "santas" y "justas" en su propia opinión, comienzan a levantar el dedo y a acusar (y condenar) a los que ellos consideran "más pecadores" en su propia opinión. Éste es un juego peligroso ya que se está formando parte del exclusivo grupo de el que tenía derecho a lapidar a la pecadora:

 "Pero Jesús se fue al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo. Toda la gente se le acercó y él se sentó a enseñarles. Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio del grupo le dijeron a Jesús:
-Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. En la ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?
 Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener con qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo. Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo:
-Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
 E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo. Al oír esto, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta dejar a Jesús sólo con la mujer, que aún seguía allí. Entonces él se incorporó y le preguntó:
 -Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena?
-Nadie, Señor.
-Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar." (Juan 8:1-11 NVI) 

 Las personas que llevaron a a esta mujer ante Jesús, tuvieron al menos la decencia de reconocer que no tenían derecho a apedrearla. Más adelante, en su carta a los Corintios, Pablo hace hincapié nuevamente en este hecho:

"Por carta ya les he dicho que no se relacionen con personas inmorales. Por supuesto , no me refería a la gente inmoral de este mundo, ni a los avaros, estafadores o idólatras. En tal caso, tendrían ustedes que salirse de este mundo. Pero en esta carta quiero aclararles que no deben relacionarse con nadie que, llamándose hermano, sea inmoral o avaro, idólatra, calumniador, borracho o estafador. Con tal persona ni siquiera deben juntarse para comer.
¿Acaso me toca a mí juzgar a los de afuera? ¿No son ustedes los que deben juzgar a los de adentro? Dios juzgará a los de afuera. 'Expulsen al malvado de entre ustedes'" ( 1 Corintios 5: 9-13 NVI, énfasis añadido) 

Por lo tanto: Nadie tiene derecho a condenar; y aquellos que condenan traen condenación sobre sí mismos. No se les debe hacer caso.

"No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno (a Dios)" (Mateo 10:28 NVI, paréntesis añadido)

Ahora bien ¿Asegura esto que las personas homosexuales puedan entrar al cielo? Para nada. Sólo nos da un cuadro, un "rayado de cancha" para entender quién puede juzgar realmente.

  La Biblia nos enseña que la Ley de Dios existe para que tengamos un marco sobre el cual podamos examinarnos a nosotros mismos y conocer cuál es nuestra posición delante de Dios.

"Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado." (Romanos 3:20 NVI)

Sabiendo esto, podemos ir a la Ley de Dios y examinarla para saber si la estamos quebrantando. Vamos a la Carta Magna de la Ley de Dios: Los 10 mandamientos (Éxodo 20). Examinemos uno a uno y veamos si hemos quebrantado la Ley:

1. No tengas otros dioses delante de mí.
En este punto, ya muchos caen. El dinero, el ego, los artistas, los bienes materiales, etc. suelen ocupar el lugar de Dios en muchos corazones. Son dioses a los que la gente honra, sirve y adora. Hay personas que con toda sinceridad adoran a "dioses" distintos de Dios. Han quebrantado el primer mandamiento.
2. No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo , ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el SEÑOR tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones.
Millones de personas quebrantan este mandamiento a diario. Aún creyendo que lo hacen para "honrar a Dios", están yendo directamente en contra de su mandamiento, quebrantando de este modo la Ley y siendo culpables delante de Dios.
3. No pronuncies el nombre del SEÑOR tu Dios a la ligera. Yo, el SEÑOR, no tendré por inocente a quien se atreva a pronunciar mi nombre a la ligera.
Todos los que creemos en Dios, hemos quebrantado este mandamiento al menos una vez. Somos culpables.
4. Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Acuérdate de que en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el SEÑOR bendijo y consagró el día de reposo.
Todos hemos quebrantado el descanso del séptimo día. Ya sea trabajando, haciendo labores domésticas o incluso (paradójicamente) asistiendo a la iglesia, con todo el trabajo que ello conlleva para el staff de servicio y los ministros. Nuevamente somos culpables.
5. Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes una larga vida en la tierra que te da el SEÑOR tu Dios.
¿Cuántos en verdad honran a su padre ya su madre? Tristemente hay casos en que el padre o la madre no parecieran ser dignos de recibir honra alguna. Pero el mandato es claro: Hónrales.
6. No mates.
7. No cometas adulterio.
8. No robes.
Estos tres mandamientos son quebrantados a diario, millones de veces a lo largo y ancho del mundo. Todos hemos tomado alguna vez algo que no nos pertenece. Eso no es ser "listo", es ser ladrón. Jesús nos dijo que el que mira con deseo a la mujer del prójimo ya ha adulterado con ella en su corazón. La vara está alta y ninguno de nosotros la ha pasado.
9. No des falso testimonio en contra de tu prójimo.
10. No codicies la casa de tu prójimo. No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.
Este es el filtro definitivo. Quizá haya una o dos personas que que hayan pasado todos los anteriores, pero del 9 nadie pasa: Todos hemos mentido al menos una vez en la vida (una es suficiente) y todos hemos deseado y codiciado a lo menos un bien ajeno ¡Las estadísticas de consumo así lo indican!

Nótese que aún no es necesario indagar en el comportamiento sexual de una persona. ¡No es necesario! Aunque la Biblia si habla de un comportamiento sexual inadecuado y lo condena severamente (Levítico 18, 1 Corintios 6:9, Romanos 1:24, Apocalipsis 21:8 . . .  ¡y mucho más!), los 10 mandamientos son suficientes para entender que ya somos pecadores.

Dios ha establecido sus leyes con sabiduría y amor. Al ponerse a sí mismo en primer lugar no necesitamos exponer la intimidad de nuestra vida (que él ya conoce). La ley de Dios se resume en: Amar a Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente y amar al prójimo como a uno mismo.

Por lo tanto, no necesitamos explorar ni exponer la intimidad de cada uno (cada quién sabe dónde le aprieta el zapato). Aún en un asunto tan delicado como nuestro propio pecado, Dios revela su amor al exponernos como pecadores no mediante nuestra intimidad, sino mediante nuestro trato con Él y los demás.

Llegados a este punto, nos damos cuenta que no es necesario indagar, ni exponer, ni condenar la intimidad de una persona homosexual para saber si "va al cielo". El sólo exámen de los 10 mandamientos de Dios nos dá la respuesta.

Por lo tanto, insisto: No importa la intimidad sexual, ya que la ley de Dios nos expone como convictos y merecedores de la ira de Dios. ¿Cómo escaparemos entonces de semejante juicio?

"Porque tanto amó Dios al mundo que dió a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de Él." (Juan 3:16-17 NVI, énfasis añadido)

Dios nos hace justicia de nuestra transgresión a la Ley mediante el sacrificio de Jesús. Es él quien recibe nuestra condenación y paga nuestro precio.

"Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios y humillado.
Él fue traspasado por nuestras rebeliones , y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados." (Isaías 53:4-5 NVI) 

De modo que el "escape" a la ira de Dios, que todos sin excepción merecemos, no está en el cumplimiento de la ley, sino en la fe puesta en que Dios, por medio del sacrificio de Jesús nos da la posibilidad de ser perdonados.

"Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia." (Romanos 3:22-25 NVI, énfasis añadido)
En conclusión, respondemos ahora la pregunta: ¿Puede una persona homosexual ir al cielo y heredar la vida eterna? ¡Por supuesto!  Si pone su fe en Jesús y entrega su vida a él. Es él quien se encarga de restaurar las cosas y poner en nuestro corazón el Espíritu que nos hace cumplir la voluntad de Dios haciéndonos de este modo abandonar toda conducta que nos impide el heredar la vida eterna.

martes, 27 de noviembre de 2012

Cuando la santidad no es suficiente

En un post anterior escribí acerca de la definición bíblica de santidad (precisamente según Levítico) y su aplicación práctica tanto como un principio de "buen vivir" como de "buena vecindad".

Pero entendamos esto: La santidad por si sola poco y nada mejora nuestra condición de rebeldes contra Dios. Nuestra santidad y buenas obras en nada nos justifican.

"Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento" (Isaías 64:6 NVI)

Entendámoslo de esta forma: Somos seres pecadores. No es que nacemos puros y poco a poco nos vamos desviando, sino que nacemos completamente apartados de Dios y con una clara predisposición a pecar.

"Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios" (Romanos 3:23 NVI)

Lo voy a hacer más simple de entender aún: ¿que se necesita para ir al infierno? Nada. Quédate así como estás e irás al infierno.

La gran mentira que te cuenta la religión en esta: Tus "malas acciones" te llevarán al infierno y tus "buenas acciones" te llevarán "al cielo". Esa es la menira más asquerosa que ha inventado Satanás.

"Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento" (Isaías 64:6 NVI)

Sabiendo que es imposible que por nuestros propios méritos tengamos acceso al "cielo", Dios mismo ha proporcionado el camino para que lleguemos a Él.

"-Yo soy el camino, la verdad y la vida -le contestó Jesús-. Nadie llega al Padre sino por mi." (Juan 14:6 NVI)
"Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unegénito (es decir, a Jesús), para que todo aquel que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él." (Juan 3:16-17 NVI, paréntesis míos)

Y es el sometimiento a este Jesús lo que nos allana el camino a la eternidad con Dios. Es el creer de verdad en Jesús lo que abre nuestro corazón a la ley de Dios. Asi y todo es sólo y únicamente por la fe (es decir, el creer sin haber visto) en Jesús que nuestra salvación es real. Y esto es un regalo de Dios si contar nuestras "buenas acciones".

"Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras para que nadie se jacte." (Efesios 2:8-9, énfasis añadido)

Y es luego de este sometimiento al señorío de Jesús que Dios, cumpliendo su promesa "estampa" su ley en nuestro corazón.

"Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel -afirma el Señor-: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo" (Jeremías 31:33-34 NVI)

Jesús mismo prometió vivir en aquellos que le aman.

"Le contestó Jesús: -El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él." (Juan 14:23 NVI)

Y enviarnos su Espíritu para que nos enseñe y nos recuerde a vivir conforme a la ley de Dios.

"Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho." (Juan 14:26 NVI)

Y todas esas obras que antes comentaba ya no son fruto de nuestro esfuerzo religioso por tratar de "juntar puntos para ir al cielo", sino que todo es un regalo gratuito de Dios.

El cumplimiento de la ley se hace entonces innecesario porque todo el mérito es de Jesús, y las buenas acciones ya no son fruto de nuestro esfuerzo, sino del Espíritu de Dios que viene como regalo, como un "timbre" o "sello" sobre nosotros.

"En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas." (Gálatas 5:22-23 NVI)

En resumen: Las buenas obras por sí solas sólo garantizan que una buena persona vaya al infierno. Por otro lado, el sometimiento a Jesús garantiza la vida eterna y nos capacita para las buenas obras.

¿Qué se necesita para ir al infierno? NADA.. QUÉDATE COMO ESTÁS.

¿Qué se necesita para ir al cielo? "Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos" (Hechos 16:31 NVI)

No te conformes con lo que lees acá. La santidad bíblica es mucho más que normas de buena vecindad y buen vivir. Si creees en Jesús y quieres saber más, consigue una biblia y podrás leer por ti mismo las maravillosas promesas que Dios tiene para ti. Si no sabes por donde empezar, el evangelio según Juan es un buen comienzo. Está en el Nuevo Testamento. Y si en algo te puedo orientar, estoy a tu servicio.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Un mensaje a la juventud

¿Cuál es tu parámetro para saber si eres salvo? ¿Tienes conciencia de lo que la apostasía está haciendo hoy? ¿En qué o quién está puesta tu esperanza?

Un mensaje del predicador estadounidense Paul Washer que no deja indiferente a quien lo vea. Muchas veces la necesidad de llevar el evangelio a todas las personas trae como consecuencia una distorsión en el mensaje que puede tener consecuencias muy tristes.

Te invito a tomar asiento y ver este video. Te aseguro que puede cambiar muchas cosas de tu vida.


sábado, 2 de junio de 2012

¿Qué es el evangelio?

¿De que se trata el evangelio?
¿Cuál es el rollo con Jesús?
¿A que viene esto de la Biblia y Dios, cuando parece tan poco lógico?


aqui está.... demasiado bien explicado.





miércoles, 4 de abril de 2012

El camino, la verdad y la vida

¿Cómo es el camino?

FE -> CONVENCIMIENTO -> OBRAS

FE: Creo en Dios. No puedo verlo cara a cara. No tengo su facebook , ni su foto. Pero creo.

"Dichosos los que no han visto y sin embargo creen." (Juan 20:29b NVI)

FE: Creo que Dios creó este planeta, el universo, todas las cosas que me rodean y a mí mismo.

"Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que Él creó, de modo que nadie tiene excusa." (Romanos 1:20 NVI)

FE: Como raza, los seres humanos nos hemos apartado de Dios. No queremos acercarnos a Él. Sabemos que existe, pero lo negamos. Aunque es evidente, nos excusamos en nuestros razonamientos y filosofías.

Todo lo anterior son actos de fe. Hasta este momento, hemos tomado una decisión racional de creer.

La fe es un ejercicio de la razón. No puede haber fe sin razón.

La vida, el mundo, nos ofrece muchas ideas que no podemos comprobar por nuestros propios medios. Debemos examinar las evidencias, meditar y tomar una decisión.

Constantemente, todo el tiempo, estamos haciendo uso de nuestra fe. Si ponemos nuestra fe en lo que dice la Biblia y creemos, hemos dado un gran paso, pero no es suficiente.

"¿Tu crees que hay un sólo Dios? ¡Magnífico! También los demonios creen, y tiemblan"

FE: Creo en Dios, creo que Dios ha establecido leyes que debemos respetar y obedecer. Cuando desobedecemos las leyes de Dios, se le llama pecado. Hasta un niño sabe que infringir la ley tiene consecuencias. ¿Te arriesgarías a conducir un automóvil sin licencia?

Dios es extremadamente justo. No puede perdonarnos "porque si". De hacerlo estaría yendo contra su propia ley. Si un diputado va a exceso de velocidad, debe pagar una multa como todo ciudadano, aunque él mismo haya propuesto esa ley. A diferencia de los diputados y senadores, Dios no quebranta su propia ley. Él juzga con justicia.

FE: Dios creó al hombre sin pecado (es decir, originalmente el hombre no había quebrantado la ley de Dios). No obstante le dió la capacidad de decidir. Le dijo claramente lo que ocurriría si desobedecía, pero no le obligó a obedecerDios no hace robots.

"Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás." (Génesis 2:16 - 17 NVI)

Al desobedecer el hombre, el pecado entró en la raza humana. Dios, por lo tanto, debe actuar con justicia: juzgar y sentenciar.

"Por cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol que te prohibí comer, ¡maldita será la tierra por tu culpa!
Con penosos trabajos comerás de ella todos los días de tu vida.
La tierra te producirá cardos y espinas y comerás hierbas silvestres.
Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres y al polvo volverás."
(Génesis 3:17 - 19 NVI. Énfasis añadido)

Hasta este punto todo es fe. Debes examinar la evidencia, examinar el mundo y examinarte a ti mismo. ¿Tiene sentido todo esto? ¿No te dá la sensación de que algo no anda bien en este mundo? ¿Acaso no llegas a pensar, luego de ver CNN y el canal 24 horas que realmente este planeta tiene una maldición? ... Sigue leyendo.

Cuando llegamos a este punto, la fe lleva a un convencimiento: Soy un pecador. No importa cómo, pero de alguna manera se que estoy constantemente desobedeciendo a Dios. Creo que estoy en problemas.

En este punto, una gran mayoría de personas toma el siguiente camino: Comienzan a hacer cosas "buenas" y en algunos casos buscan a toda costa obedecer la ley. En algunos casos llegan a memorizarla completamente y se esfuerzan por cumplirla al 100%. A esto se le llama religión.

La religión no es más que un esfuerzo del hombre para justificarse por sus propios méritos ante Dios.

El problema es que nadie es capaz de cumplir la ley al 100%. ¿No me crees? mira a los religiosos... ¿Quién confía en ellos?

Cuando cometes una infracción de tránsito y un carabinero te pasa un parte, el parte dice "Infracción a la ley de tránsito". Aunque hayas cometido sólo una infracción, has infringido toda la ley. Con la ley de Dios pasa exactamente lo mismo.

"Porque el que cumple con toda la ley pero falla en un sólo punto ya es culpable de haberla quebrantado toda." (Santiago 2:10 NVI)

CONVENCIMIENTO: Soy incapaz de sumplir al 100% la ley de Dios. Merezco el juicio y la sentencia. El lo que corresponde.

Aunque a partir de este punto comenzáramos a hacer lo que la ley exige y lo hiciéramos al 100% ¿Qué mérito tendríamos? Sólo estaríamos haciendo lo que nos corresponde hacer. ¿Que pasa con todos nuestros pecados anteriores? Ahí están. Siguen esperando el juicio y la sentencia.

"Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado." (Romanos 3:20 NVI)
¿Que hacemos? ... ¡Vámonos para la casa! ... Si en realidad todo llegara hasta aquí, nada tendría sentido. Muchos de los "grandes críticos" de Dios han llegado hasta este punto. Dicen que Dios es malvado porque tiene una lista de cosas que no quiere que hagas y que te enviará al infierno si las haces. Pero esto no termina aquí. Sigue leyendo.

Si queremos continuar, necesitamos ayuda. Si estamos convencidos de nuestro pecado, y realmente queremos cambiar esta situación, necesitamos desesperadamente que alguien nos ayude.

Dios nos ama. Por algo nos creó. A pesar de nuestra mala decisión, Él quiere que nos "enderecemos" y vivamos con Él.

"Tan cierto como que yo vivo -afirma el SEÑOR omnipotente-, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva." (Ezequiel 33:11 NVI)

Por lo tanto, Dios mismo ha decidido darnos un héroe que pueda salvarnos de este problema. Ya que Él conoce la ley a la perfección, también es capaz de cumplirla a la perfección.

"Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él." (Juan 3:16 - 17  NVI. Énfasis añadido)

Es simple: El juez juzgó, y dictó sentencia. Pero inmediatamente metió su mano al bolsillo y pagó nuestra multa. ¡Hey! la multa no es cualquier cosa. El Hijo de Dios (Jesús) debió pagar con su propia vida nuestro pecado.

"Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados." (Isaías 53:5 NVI. Énfasis añadido)

FE: Creo que Jesús pagó el precio por mis pecados. Creo que sólo Él podía pagar esa deuda que yo tenía con la justicia de Dios.

A partir de este momento tomamos conciencia de nuestra posición:

PECADOR + JESÚS = PERDONADO

Ok. ¡Perfecto! pero esto es sólo el comienzo. A partir de ahora debemos cambiar nuestra forma de vivir. Si antes de este momento vivíamos en desobediencia ¡Qué mejor momento para empezar a obedecer!

OBRAS: Dejo de hacer lo que va en contra de la ley de Dios y desde ahora en adelante seré obediente a la ley.

¿Pero si fallo? ¿Que pasa si a pesar de todo vuelvo a cometer un error?

"Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo." (1Juan 2:1 NVI) 

FE: Creo que Jesús es mi abogado y el me librará del castigo que merezco porque ya pagó el precio.

OBRAS: Pido perdón a Dios por haber pecado. Me arrepiento y no vuelvo a cometer ese error.

El arrepentimiento es la acción continua de abandonar un mal hábito, tomando conciencia de que es un mal hábito y haciendo lo necesario para erradicarlo.

OBRAS: Pero no debo abusar de esto ya que de ser así estoy despreciando a Jesús.
"Si después de recibir el conocimiento de la verdad pecamos obstinadamente, ya no hay sacrificio por los pecados. Sólo queda una terrible expectativa de juicio, el fuego ardiente que ha de devorar a los enemigos de Dios. Cualquiera que rechazaba la ley de Moisés moría irremediablemente por el testimonio de dos o tres testigos. ¿Cuanto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santificado, y que ha insultado al Éspíritu de la gracia? Pues conocemos al que dijo 'Mía es la venganza, yo pagaré'; y también 'El Señor juzgará a su pueblo' ¡Terrible cosa es caer en manos del Dios vivo!" (Hebreos 10:26 - 31 NVI. Énfasis añadido)

Por lo tanto, debemos mantener este círculo contínuo (el camino)

Si nos mantenemos en este camino, podemos estar seguros de que Jesús está intercediendo por nosotros.

"Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran" (Mateo 7:14 NVI)
Lo mejor de todo es que todo este esfuerzo no lo hacemos solos. Dios nos ama tanto que ha querido ayudarnos a permanecer en el camino. Su Éspíritu Santo esta con nosotros para aydarnos a diferenciar lo correcto de lo incorrecto y de esta forma mantenernos por el camino estrecho.

"Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho." (Juan 14:26)

Al final, todo se reduce a un acto de amor. Dios te ama y ha hecho todo esto (y más) por ti. Hay mucho, mucho más; pero debería escribir un y libro, y eso sería bastante torpe de mi parte porque ese libro ya está escrito: La Biblia. Tiene todo lo que necesitas.

¿Quieres estar seguro de estar obedeciendo la ley de Dios? Recuerda siempre esto:

"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: Ama a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas." (Mateo 22:37 - 40 NVI)